La Voz de Galicia

O negocio da corrupción

Opinión

Cartas al director

28 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Corruptos

Se a corrupción fora un sector empresarial, sería o terceiro maior do mundo, cun valor de 3 billóns de euros, representando o 5 por cento do PIB global. Os lucrativos casos de corrupción no noso país, como a Gürtel, Púnica, ERE ou Koldo erosionan a credibilidade da clase dirixente en relación ao pobo ao que deberían representar e mostrarlle exemplo de integridade. As últimas noticias sobre o koldogate, que afecta directamente ao núcleo do PSOE, evidencia que a batalla perentoria emprendida por esta formación contra a corrupción era unha falacia máis.

 

Quizais tras as promesas irrealizadas de progreso social, igualdade real, liberdade individual e loita contra as inxustizas se agochen realidades tanxibles que constatan a decadencia da moral e dos principios socialistas; ou tal vez sexa outro cambio de opinión. Xián Antón Lorenzo Rodríguez ma. Ribadavia.

 

El sistema de penaltis 

Solicito un favor a la junta directiva de la FIFA para que estudien la posibilidad de revisar la opción de modificar el sistema de penaltis para una final de fútbol. Actualmente el procedimiento de penaltis es que cada equipo seleccione 5 jugadores, para que realicen los lanzamientos, y si después de los primeros diez lanzamientos están empatados, los equipos tirarán un penalti, cada uno hasta que se produzca el desempate, algo conocido como «muerte súbita». Aunque los jugadores son profesionales en lo que realizan, siempre queda un sinsabor: el deportista que no acierta el penalti es el culpable de que su equipo haya perdido la final, es por ello que los invito, que estudien la posibilidad de eliminar esa regla de cinco jugadores por equipo, y solo se seleccione un jugador por equipo, y si ambos aciertan en el cobro, entonces se selecciona aleatoriamente un jugador a la vez, hasta que haya un desempate.

Un jugador que esté en la lista de los cinco seleccionados para meter el penalti, siempre está estresado esperando su turno, y más cuando, por ejemplo, su equipo va perdiendo por alguna diferencia. Esto ocasiona que se incremente el riesgo de tener problemas de salud, como por ejemplo: ansiedad, depresión, reacciones fisiológicas, distorsiones en el nivel bioquímico, glucocorticoides, neurotransmisores, tensión en los músculos, incremento de la presión arterial, ritmo cardíaco o se baje la frecuencia de saturación, entre otros.

Desde mi punto de vista, el fútbol es y será el punto de equilibrio para cualquier persona, porque estando fuera o dentro de las canchas, es una emoción que fortalece el sistema inmunológico y ayuda a que la vida valga la pena. Con el fútbol se alcanzan metas que ninguna persona jamás soñó, y te permite crecer como profesional y dar lo mejor de ti, para beneficio de los demás. Carlos Manuel Sierra de la Rosa. Barranquilla (Colombia).

 Caiga quien caiga

Resulta que cuando uno se ve en una situación incómoda o comprometida, lo mejor para desviar la atención es echar mano de frases recurrentes. Por ejemplo, cuando la ministra portavoz del Gobierno asegura que la educación es clave para el futuro de nuestra sociedad. No importa que hayamos obtenido los peores resultados en el informe Pisa. Lo mismo ocurre cuando le preguntan a Sánchez por la corrupción y promete que «será implacable contra ella, caiga quien caiga». No importa que se indulte a decenas de corruptos. Claro que los españoles sabemos que cuando dice esas cosas, se refiere a todos menos a él. El presidente del Gobierno tiene la osadía de decir que cambia de opinión.

Caso contrario es el de la vicepresidenta Montero, esa andaluza tan elocuente que ha afirmado a los periodistas que «yo sé lo que yo haría». Efectivamente, todos sabemos lo que haría, porque ya tuvo su ocasión con los ERE y resulta que no dimitió. En aquel caso no primó el «caiga quien caiga» y dejaron más solo que la una a Griñán, que se abstuvo de cantar a cambio de no entrar en prisión al tener un compromiso adquirido. Tampoco lo es el de Irene Montero por su controvertida ley del «solo sí es sí», que ha permitido la liberación anticipada de  violadores. Tampoco cayó nadie.

Lo mismo ocurre con Marlaska, quien ha pulverizado todos los récords como el ministro más reprendido y reprobado en democracia. Y tampoco lo es el de Ábalos. Será divertido ver cómo se desarrolla este capítulo político, si es por las buenas o por las malas. Si es por las malas, puede llevarse consigo a todo un Gobierno. Seguramente después, Pedro Sánchez le diría a Ábalos en total confianza: ¿no ves que lo de por «caiga quien caiga» no iba por ti, sino por el programa que se emite en televisión? Ánimo, José Luis, sé fuerte. Luis Asenjo Pérez. Vigo.

 


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