La Voz de Galicia

Los 27 acuerdan por unanimidad aplicar el «brexit» más duro al Reino Unido

Internacional

Adolfo Lorente Bruselas / Colpisa

«El mandato político firme y claro para las negociaciones está preparado», indicó Donald Tusk a través de su cuenta en Twitter. Una reunión de 15 minutos cifra en 60.000 millones lo que la UE exigirá a Londres

30 Apr 2017. Actualizado a las 01:39 h.

Fue un visto y no visto. Los líderes entraron en la sala principal del Edificio Europa, charlaron, se abrazaron, rieron, tomaron asiento al escuchar el toque de campanilla de Donald Tusk y a los pocos minutos de que las cámaras dejasen de grabar, a las 13.26 horas, llegó el esperado mensaje del presidente de la Consejo Europeo. «Guidelines aprobadas por unanimidad. La UE a 27 ya tiene un mandato firma y claro para afrontar las negociaciones».

A las 13.34 h., le tocó el turno al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker: «Unidad de acción. Guidelines aprobadas en menos de 15 minutos». Ojo con el matiz. 15 minutos, coser y cantar Londres, ¿hay alguien ahí? Continúa la batalla del relato y el de la Europa a 27 tiene una palabra grabada a fuego: Unidad.

Fechas y más fechas, todas históricas. Porque si la cuenta atrás de dos años del Artículo 50 se activó el 29 de marzo, ayer, 29 de abril, la Unión Europea celebró, 44 años después, la primera cumbre formal de jefes de Estado y de Gobierno sin Reino Unido. No se trataba de saber qué iba a pasar, porque el texto estaba cocinado desde hace ya varios días. La clave era la puesta en escena, la foto, el mensaje. Y todos, absolutamente todos, trajeron la cartilla leída de casa. 

Enseñar los dientes

La demostración de fuerza de ayer fue fabulosa, realmente sorprendente cómo un documento tan complejo y sensible haya podido generar tan poco debate y sumar tanto apoyo de los 27, que ayer enseñaron los dientes a Reino Unido. «Nuestra unidad no es fachada. Las negociaciones serán difíciles y será complicado mantener la unidad que hemos sido capaces de construir, pero haremos todo lo posible para retenerla», recalcó Juncker.

Como admitió Tusk, el éxito de las negociaciones dependerá de la capacidad que tengan los 27 de permanecer unidos cuando Londres comience a jugar al divide y vencerás. Ya está intentando hacerlo, como reconocen fuentes diplomáticas, pero sigue sin conseguirlo.

El documento con las líneas rojas europeas está fundamentado en un gran principio: «para hablar del futuro, primero tenemos que resolver nuestro pasado», como recordó Tusk. Nada de hablar de relaciones comerciales futuras sin acordar qué pasa con los ciudadanos y cuál es la factura que los británicos deben pagar por dejar el club. El dinero será clave y el factor más complicado, pero la prioridad son los 5 millones de personas afectadas.

«Necesitamos garantías para los ciudadanos y sus familias en ambos lados. Esta debe ser la prioridad número uno tanto de la UE y como de Reino Unido. La Comisión ha preparado una lista detallada de los derechos ciudadanos que queremos proteger», zanjó el presidente del Consejo. De hecho, el Colegio de Comisarios aprobará el miércoles, día 3, el documento final negociador que será refrendado por los países en el Consejo de Asuntos Generales del 22 de mayo.

Respecto al dinero que Londres debe abonar por compromisos adquiridos, Bruselas pide de entrada 60.000 millones. «Por este flanco llegará el primer gran choque de trenes», temen fuentes diplomáticas. Pese a que líderes como el saliente François Hollande reiteraron de forma contundente que Reino Unido «debe pagar un precio por salir», la canciller Angela Merkel matizó que «no hay ninguna conspiración contra nadie», que lo hace Europa es preocuparse de lo suyo.

May pide el voto en Escocia para frenar a los separatistas y apuntalar la salida de la Unión

Ajena a los acuerdos de Bruselas, que marcan de forma definida la postura comunitaria sobre la ruptura de relaciones con el Reino Unido, la primera ministra británica, Theresa May, pidió ayer el voto a los escoceses para mejorar sus posiciones en las negociaciones del brexit y combatir «a los separatistas que quieren romper el Reino Unido».

May participó en un acto de precampaña en Banchory, en el noreste de Escocia, junto a la líder del Partido Conservador escocés, Ruth Davidson, entre encuestas que indican que los tories podrían aumentar su número de escaños en la región en las elecciones generales del 8 de junio.

May dijo que quiere fortalecer la unidad nacional «haciendo frente a los separatistas que quieren romper» el país, en alusión al Partido Nacionalista Escocés (SNP) de la ministra principal, Nicola Sturgeon, que tiene mayoría en el Parlamento de Edimburgo y 56 de los 59 escaños correspondientes a Escocia en la Cámara de los Comunes.

Una encuesta de YouGov indicaba que los tories podrían sumar el 8 de junio siete escaños al único que tienen actualmente en la Cámara de los Comunes, en detrimento del SNP. El sondeo daba 47 diputados a la formación independentista -frente a sus 54 actuales-, ocho a los conservadores, tres a los liberaldemócratas y uno a los laboristas. En cuanto a intención de voto, el SNP recibía el 41 % del apoyo, un 28 % los tories, los laboristas un 18 %, un 7 % los liberales, un 3 % los Verdes y un 2 % el eurófobo UKIP. 

Candidatura radical

También intentando beneficiarse de la ruptura con la Unión Europea, el líder del eurófobo y antiinmigración partido británico UKIP, Paul Nuttall, anunció que se presentará candidato por la circunscripción inglesa de Boston y Skegness. Nuttall se enfrentará a los contendientes de los principales partidos para ganar el escaño parlamentario correspondiente a esa demarcación costera, situada en el condado de Lincolnshire, en el este de Inglaterra.

«Esta circunscripción votó abrumadoramente a favor de salir de la UE, en parte por la traición a nuestro sector pesquero de los sucesivos gobiernos, que May va a repetir», declaró.

Mientras, el líder dlaborista británico, Jeremy Corbyn, instó a apoyar su plan para un «cambio auténtico y duradero» y a rechazar «los eslóganes simplistas» y las «falsas garantías» de la primera ministra británica.

El futuro del Ulster y Gibraltar, otra baza negociadora

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró satisfecho al ratificar sus socios comunitarios como razonable que España cuente con derecho de veto en todo lo relacionado con Gibraltar. «Es reconfortante porque lo que ahí se dice es lisa y llanamente una obviedad y discutir obviedades tiene poco sentido», añadió.

Al plantearle si España tiene líneas rojas al respecto y si defiende que haya una soberanía compartida sobre Gibraltar o un cambio del régimen fiscal, defendió la actitud que está manteniendo su Gobierno. «España, como siempre, tiene una posición constructiva. Se entiende bien que Gibraltar se va cuando se vaya el Reino Unido de la UE, igual que se van Escocia, Gales o Irlanda del Norte», explicó.

Tras recordar la potestad de España de vetar un acuerdo sobre Gibraltar que no comparta, precisó que «no hay ni líneas rojas ni de ningún otro color». «Simplemente, cualquier acuerdo necesitará del acuerdo previo de España y el Reino Unido. Creo que es muy razonable y no necesita de mayores explicaciones», insistió.

La futura relación de Gibraltar no es el único problema territorial al que habrá de hacer frente el Reino Unido en el proceso negociador para dejar la UE. La relación con Irlanda del Norte es otro de los asuntos que estará en la mesa del divorcio. El primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, admitió ayer tras la reunión de presidentes que si los habitantes de Irlanda del Norte deciden en un referendo la reunificación de la isla en un solo país, como contempla el Acuerdo del Viernes Santo, la Unión Europea reconocería todo el territorio como Estado miembro. «Todo está relacionado con el Acuerdo del Viernes Santo, donde se dice con claridad que los seis condados (de Irlanda del Norte) permanecen en el Reino Unido hasta que sus habitantes decidan algo diferente por medios democráticos en un referendo que solo podría convocar el ministro del Reino Unido para Irlanda del Norte», afirmó el mandatario tras la cumbre europea, aunque no obstante, recalcó que en la actualidad no se cumplen las condiciones necesarias para celebrar la votación de una posible unificación.


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