La Voz de Galicia

«Si perteneciese a Al Qaida no estaría bajo la autoridad del Consejo de Transición»

Internacional

Alberto Pradilla bengasi / servicio especial lA presencia islamista

12 Apr 2011. Actualizado a las 06:00 h.

Somos musulmanes, pero no de Al Qaida». Abdel Hakim al Hasidi es la persona indicada para hablar sobre las sospechas lanzadas tanto por la OTAN como por Muamar el Gadafi sobre la posible infiltración de la red de Osama Bin Laden en la rebelión libia. Nació hace 45 años, huyó con solo 30 después de que el régimen lo persiguiese por sus actividades islamistas y, en el 2003, después de combatir en Afganistán, fue detenido en Pakistán. El Ejército de EE.UU. lo puso a disposición de Gadafi. A pesar de ello, insiste en que «nunca» combatió a los marines y que la acusación de acoger a miembros de Al Qaida ha sido «una mentira» de Gadafi que «la OTAN se ha creído».

Al Hasidi es uno de los argumentos utilizados para tratar de vincular a ciertos sectores rebeldes con Bin Laden. El último en apuntar en esa dirección fue el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, que alertó sobre el riesgo a largo plazo que podría suponer la presencia de fundamentalistas. Una opinión que no comparten, ni siquiera, los islamistas alistados en las filas de la revuelta, que forman un grupo perfectamente identificable en el frente gracias a sus pobladas barbas y a sus cinco rezos diarios.

«El islam existe antes que Al Qaida y que los talibanes. Y todos los libios somos musulmanes. Si yo perteneciese a Al Qaida no estaría bajo la autoridad del Consejo Nacional de Transición», señala Al Hasidi.

Este hombre, que viste una chaqueta militar y ahora se encarga de la instrucción de combatientes, tiene un gran ascendente sobre sus vecinos. Tanto, que el mismísimo primogénito de Gadafi, Saif al Islam, lo calificó como «el príncipe de Derna» y lo acusó de planear la fundación de un califato durante un discurso el 20 de febrero, tres días después del inicio de la revolución. Aunque él lo niega. «Acato las órdenes de Mustafá Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición. Nuestro objetivo es acabar con el régimen de Gadafi y tener una Constitución que establezca las bases de la libertad, la igualdad y la posibilidad de un cambio pacífico», insiste.

Es posible que su idea constitucional no sea la misma que la de los miembros del Consejo, formado en su mayoría con personas con estudios en EE.?UU. y de tradición vinculada a los negocios. Pese a que asegura que en el futuro Libia «tendría que parecerse a Europa», su visión del Estado se acerca más a los países del Golfo. «Somos musulmanes. No aceptaremos nada que esté contra la sharia», asegura. Aunque se muestra dispuesto a cambiar «de forma pacífica» todas aquellas normas que choquen con el Corán.

No es casualidad que Al Hasidi proceda de Derna, un municipio de 50.000 habitantes al este de Libia y que tiene fama de ser el más religioso del país. Su historia reciente está ligada a la oposición contra Gadafi. Aunque también es cierto que Derna tiene una tradición no solo vinculada al Corán, sino también al combate. De hecho, 52 de los 112 nombres de libios que aparecieron en una lista de yihadistas interceptada en el 2007 por la CIA en Irak procedían de esta localidad.


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