La Voz de Galicia

El Celta se convierte al practicismo

Grada de Río

X. R. C. VIGO
El fichaje del portero rumano Radu le ha dado un salto de calidad a nivel defensivo al conjunto vigués.

Los vigueses han pasado de tener que vivir con el balón a estar cómodos en bloque bajo, sin ganar la posesión y reduciendo las ocasiones de los rivales

22 Dec 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en el que resultaba imposible imaginar que el Celta fuese capaz de sumar puntos sin tener la posesión del balón, sin vivir en campo contrario y sin generar un buen puñado de oportunidades, lo que también dejaba espacios a la espalda para recibirlas. Sin embargo, en los dos últimos meses, el giro hacia el practicismo ha sido radical: los vigueses ya se sienten bien en bloque medio o bajo, han aprendido a jugar sin el balón y a perder, como norma, la posesión y aunque eso implique menos llegadas al área rival, también significa que los adversarios les generan menos oportunidades. De hecho, los celestes llegan al parón de Navidad con 19 goles en contra en 17 partidos, la cantidad más baja desde el regreso a Primera, calcando los mismos 19 de la 2014/2015 con Berizzo. Los de Giráldez son el quinto equipo menos goleado.

«Creo que estamos más sólidos en muchas cosas de los partidos ahora. Tenemos que ser más pragmáticos y entender que cuando no estamos bien, somos capaces de competir. Esa parte me gusta del equipo», comentó Claudio Giráldez sobre los nuevos caminos del equipo en una de sus comparecencias.

LA POSICIÓN

El centro del campo como ubicación más avanzada

La foto fija del partido con el Oviedo indica que Bryan Zaragoza era el jugador más adelantado del Celta y el único futbolista más allá del centro del campo. Todos los demás formaban desde la divisoria hasta la frontal del área donde se ubicaba la zona defensiva de los celestes. Con las líneas juntas, aunque también con agujeros que tapar, como los centros laterales, por donde hizo daño el rival. Ese posicionamiento, que ya apareció en otros partidos recientes, nada tiene que ver con el equipo que presionaba casi a la altura del área rival, una costumbre que seguramente vuelva a poner en práctica el equipo en otros momentos.

LA POSESIÓN

El Celta aprendió a vivir sin el balón

Para ganar, el Celta debía tener el balón. Era una máxima que se cumplía hasta que el equipo descubrió que también se puede ganar desde la sobriedad defensiva y el contragolpe, un arma que siempre se le dio bien al conjunto vigués. Esta misma temporada, el Celta comenzó con un 69,1 % de posesión ante el Getafe, partido que terminó perdiendo, y sin embargo después fue capaz de ganar en El Sadar con un 38 % de balón. En cuatro de los cinco últimos partidos en los que fue capaz de mantener la portería a cero, nunca ganó la posesión: 48,4% ante el Alavés, 42,4 % en el Bernabéu, un 49 con el Athletic y un 44,4 % en el empate del Tartiere. Curiosamente, la última vez que tuvo más el balón que su rival en liga, ante el Espanyol un 60,5 %, terminó perdiendo con un gol de estrategia al filo del descuento. El único tanto que recibió la escuadra viguesa en los últimos cinco partidos.

TIROS CONCEDIDOS

Salvo el Madrid, ningún rival de las cinco últimas jornadas pasó de tres tiros entre palos

El Celta ha cortado la sangría de goles de un modo radical. Tomando como referencia los cinco últimos partidos de liga, el Real Madrid fue el único equipo capaz de tirar entre los tres palos más de tres veces. Los blancos probaron a Ionut Andrei Radu en siete ocasiones, pero todo los demás rivales —Athletic, Espanyol y Alavés— se quedaron en dos y el Oviedo tuvo tres por estadística, aunque nunca transmitió la impresión real de crear peligro.

EN ATAQUE

Los célticos mantienen una producción similar de cara al marco contrario

Oviedo fue un claro ejemplo de un mal día sin balón y con poca llegada del Celta, pero aun así los vigueses disfrutaron de las ocasiones más claras. La estadística dice que tiraron dos veces a puerta, lo mismo que ante el Athletic Club, que resultaron ser los dos goles del triunfo. En el Bernabéu, fueron capaces de efectuar cinco disparos. Su mejor registro de la campaña fue ante el Girona: siete disparos para un gol.

 

 


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