La Voz de Galicia

Galicia: 4 muertos en carretera este año, 3 en atropellos

Galicia

José Manuel Pan Redacción / La Voz
Imagen de un atropello mortal ocurrido en Catoira a principios de enero del 2019

Alerta en Tráfico por el número de peatones fallecidos y porque al tradicional perfil de víctima en la comunidad se suma el de conductores arrollados al bajarse de sus vehículos

29 Jan 2019. Actualizado a las 10:32 h.

Que en Galicia haya cuatro muertos en accidentes de tráfico en un mes parece indicar un regreso a la tendencia de descenso en la siniestralidad en la carretera, después del repunte del año pasado, cuando perdieron la vida 104 personas. Pero si tres de esos cuatro muertos son peatones, la perspectiva es otra, porque ese es un tipo de accidente muy enraizado en Galicia, donde el peatón se juega la vida en travesías y arcenes mientras hace su rutina diaria. A esa circunstancia se añade el aumento de atropellos a conductores que se bajan de sus coches sin tomar medidas de protección. «En Galicia se ha mejorado significativamente la accidentalidad por atropello, muy propio de Galicia y vinculado a la dispersión geográfica, a la población mayor y al uso de prendas oscuras», asegura María Victoria Gómez Dobarro, coordinadora de la DGT en Galicia. Pero ha saltado la alerta y reconoce que se deben tomar medidas sobre los tres factores que inciden en los atropellos: vía, vehículo y factor humano.

En dos de cada tres atropellos es el peatón el que comete la infracción, por lo que Dobarro considera decisivo continuar haciendo campañas educativas «para que respeten las normas y no se cometan imprudencias, como cruzar por lugares prohibidos o de forma inadecuada». Cree que los peatones deben asumir comportamientos adecuados «más allá de lo que indican las normas y complementarlos con lo que nos dice el sentido común».

Gómez Dobarro señala la otra pata del factor humano en los atropellos: el conductor. Su incidencia destaca en los entornos cercanos a poblaciones en los que la velocidad puede marcar la gravedad de un accidente. «Los estudios nos indican que, en caso de atropello, a 80 km/h mueren el 95 % de los peatones; a 50 km/h, el 50 %, y a una velocidad de 30 km/h, mueren el 5 % de las víctimas», dice Dobarro.

La carretera es el tercer factor que cita: «Las condiciones de la vía se pueden mejorar diseñando un entorno seguro, con una señalización adecuada y reservas de paso para peatones, y con medidas que los separen de los vehículos». Y con soluciones que hagan que los vehículos reduzcan la velocidad, mediante bandas rugosas, chicanes o rotondas. «Son medidas que permiten aumentar la percepción visual de los conductores sobre los peatones», explica.

El perfil de la víctima de atropello mortal en Galicia es el de una persona de más de 65 años, que vive cerca de la carretera, que cruza la calzada una o más veces al día y que viste ropas oscuras. A ese perfil se dirigen las acciones preventivas de la DGT, que tienen su traducción más clara en el reparto de chalecos que realizan las patrullas de la Guardia Civil en plena carretera. «En Galicia se están haciendo muchas cosas, pero todo es poco porque sigue habiendo atropellos», lamenta Francisco Javier Molano, teniente coronel jefe de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia. Para él es fundamental el entorno de los mayores para convencerlos de que tienen que protegerse y hacerse ver cuando salgan a la carretera, con prendas reflectantes o con una linterna, «para que no se jueguen la vida».

Molano está convencido de que hay que intentar cambiar la mentalidad de los peatones y de quienes los rodean y recuerda que más de la mitad de los atropellos del año pasado ocurrieron en momentos de poca visibilidad y las víctimas no llevaban ninguna prenda reflectante. «No podemos dejar que nuestros mayores mueran en la carretera», sostiene el teniente coronel, que considera que «es preferible un enfado con el familiar que dejarlo que corra el riesgo de ser atropellado». Y añade: «La diferencia entre vivir o morir es un euro, que es lo que cuesta un chaleco reflectante».

Recuerda que los mayores son peatones de riesgo, y que con ellos «hay que actuar con energía, porque son más vulnerables, tienen más edad y no reaccionan de la misma forma». Apunta, ademas, otro factor: «El exceso de confianza al usar la carretera cada día desde hace años»

Coincide con Gómez Dobarro en que ahora hay dos tipos de víctimas de atropellos. El tradicional: una persona de edad avanzada que se mueve por el entorno de su casa y que con el paso de los años ha ido perdiendo facultades físicas y sensoriales. Y el nuevo: el peatón sobrevenido, un conductor que se baja del coche y es atropellado. En el 2018 murieron así cinco personas en autovías y autopistas. Y de los tres atropellos mortales de este año, dos eran conductores. Uno, un camionero que cruzaba hacia su vehículo en Sada después de comer. El otro, un repartidor de pan alcanzado por una camioneta en Catoira después de bajarse de su furgoneta.

El teniente coronel advierte de esa situación de riesgo y ve fundamental «tener el chaleco a mano, no en el maletero, porque cuando se necesita es en momentos de tensión y debe estar lo más cerca posible para ponerlo antes de bajar del coche». Ese tipo de atropellos, más los de casos de conductores que se bajan tras parar en el arcén son los que justifican, adelanta la coordinadora de la DGT, que se estén estudiando y replanteando las medidas de protección en esos casos.

 


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