La Voz de Galicia

La mitad de los empleados públicos de la Xunta tienen flexibilidad horaria

Galicia

Elisa Álvarez Santiago

Un total de 7.782 trabajadores se han acogido a esta modalidad implantada hace año y medio

25 Aug 2015. Actualizado a las 00:31 h.

El 2 de enero del 2014 entró en vigor una orden por la que se aprobó la flexibilidad horaria y el teletrabajo para los empleados públicos de la Administración gallega, y año y medio después la mitad de los 16.000 trabajadores que podían solicitar estas medidas ya lo han hecho. Natalia Prieto, directora xeral de Avaliación e Reforma Administrativa, hizo un balance de los primeros 18 meses de aplicación de la norma, en los que se han apuntado 7.782 empleados personas en la primera de las modalidades; y 76 en el caso del teletrabajo.

Los funcionarios tienen un horario semanal de 37,5 horas, desde las 7.45 hasta las 15.15 de la tarde. Con esta reforma, que la Xunta hace para favorecer la conciliación, hay una franja en la que el trabajador tiene que estar en su puesto de forma obligatoria -de 9 a 14.30-, pero las otras dos horas puede ubicarlas en función de sus necesidades, siempre entre las siete de la mañana y las seis y media de la tarde, o incluso las ocho de la noche si el centro en el que trabaja está abierto. Las horas que no se hacen en un día pueden recuperarse en el mismo mes o incluso en el siguiente.

De los 7.782 empleados que tienen flexibilidad, 408 se apuntaron en el 2015, lo que eleva la cifra global un 7 %. La mayoría, 4.587, trabajan en servicios periféricos, mientras que los otros 3.195 lo hacen en los servicios centrales de la Xunta. La flexibilidad es una medida que se concede de forma automática por lo que no se analizan los motivos para pedirla. Sin embargo, hay un pequeño colectivo que esgrime motivos de conciliación, bien sea por tener hijos menores de doce años o personas dependientes a su cargo. Hasta ahora han sido 924 trabajadores los que la solicitaron, casi el 73 % mujeres. La diferencia con la flexibilidad horaria automática es que en este caso no hay un intervalo horario de presencia obligatoria, sino que es el empleado el que adecúa la jornada a sus necesidades, eso sí, nunca más allá de las 18.30 o de las 20 horas si el centro está abierto.

Una medida excepcional

Mucho más excepcional es el teletrabajo, porque además requiere un perfil profesional muy determinado para aplicarse. Hay 76 empleados con esta modalidad en la Xunta, lo que les permite estar hasta tres jornadas semanales trabajando desde casa. Es una medida que además se evalúa anualmente para comprobar si se cumplen los objetivos. De los 76 funcionarios que solicitaron esta posibilidad a 31 de julio del 2015, a 28 ya se les prorrogó por un año más. Los puestos autorizados se corresponden por ejemplo con letrados, asesores jurídicos, profesionales de los cuerpos de inspección -farmacéutica, urbanística, de trabajo o salud pública-, traducción, u otras secciones que tienen un alto grado de autonomía y son susceptibles de desarrollarse a distancia.

Medio Rural y Vicepresidencia son las consellerías en las que hay más trabajadores utilizando esta modalidad, 15 en cada una de ellas, seguidas de Traballo e Benestar con 14. Las que menos son las de Presidencia y Economía e Industria, con un empleado en cada una. En todas las modalidades es mayor el porcentaje de mujeres que han solicitado estas medidas que el de hombres. En el caso del tele trabajo, el 60 % son trabajadoras.

De los dos tipos de medidas están excluidos el personal que trabaja en el Sergas, en los centros docentes, y el que lo hace en la Administración de Justicia.

Por si acaso

En la práctica muchos de los empleados que se inscriben en esta modalidad de flexibilidad horaria lo hacen por si algún día surge un imprevisto y llegan tarde al trabajo o deben salir antes. Es una forma de garantizarse que simplemente tendrán que recuperar las horas en cuanto puedan hacerlo. Otros optan por acudir por las tardes cuando por cuestiones laborales necesitan más tranquilidad en la oficina.


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