La pulsera con GPS, ¿una brillante idea?

Hace apenas unas semanas, con motivo de la vistilla celebrada en la Audiencia Nacional para decidir sobre la prórroga de la prisión provisional de Laureano Oubiña, su abogado le pidió al tribunal la excarcelación de su cliente. Como se trataba de un preso reincidente, que además se había fugado a Grecia, el letrado sugirió que le colocasen al cambadés una pulsera con el sistema de seguimiento GPS para tener controlados sus movimientos. La idea no prosperó pero hay quien piensa que, vista la lentitud de la Justicia y los miramientos de algunos jueces para mantener a los detenidos por narcotráfico en prisión provisional hasta la fecha del juicio, la medida podría ser de gran eficacia en la prevención del narcotráfico. Las estadísticas ponen en evidencia que los que caen una vez, repiten y prueban fortuna tan pronto como obtienen la libertad provisional. Esta era la situación en la que se encontraban al menos tres de los trece detenidos en la operación Isla. Algunos lo justifican diciendo que de algún sitio tienen que sacar el dinero para hacer frente a las fianzas y a las minutas de los abogados que, para hacerse cargo de las defensas, tienen como norma cobrar por adelantado sus sustanciosas minutas. Con la pulserita ganarían todos.