Beiras se recrea con los cachorros
Galicia
SERAFÍN LORENZO CRÓNICA El líder del BNG anima a los jóvenes a ejercer una actitud contestataria para cambiar Galicia
21 Apr 2001. Actualizado a las 07:00 h.
EDIODÍA sabatino en el salón de actos de la Facultad de Políticas de Santiago. El secretario de Galiza Nova, Rubén Cela, se explaya contra la política juvenil de la Xunta y abunda en las posibilidades de cambio, de «darlle a volta ó calcetín». Al instante, los doscientos jóvenes que llenan el recinto, se desperezan y vuelven la mirada. Beiras acaba de irrumpir en el aula que acoge el Encontro do BNG coa mocidade, y avanza hacia el estrado. Llega a tiempo para el coloquio. La mayoría de los asistentes no habían superado la pubertad cuando el nacionalismo adquirió condición de segunda fuerza en Galicia. Los nuevos portadores del derecho al voto dejan constancia de su preocupación por la dificultad de acceso a la vivienda, el recambio a la selectividad, la subsistencia del mundo rural gallego o el antimilitarismo. Aunque a todos se les presupone una simpatía hacia la causa nacionalista, ni de sus planteamientos ni de su actitud cabe diferir paralelismos peligrosos. De hecho, la opaca estructura arquitectónica parece lo más radical en la sala. A ver qué propone Beiras. Un chaval alza la mano para comunicar el hastío juvenil por la política. La confesión conmueve al profesor. «Por si che vale de consolo, eu tamén deploro a política. E o malo é que o digo demasiado a menudo». Beiras receta un poco de acción. «A eles interésalles que a xente deplore a política». No hay más preguntas. El líder tiene la palabra. Doce minutos le bastan para aleccionar -«Sen a mocidade, o BNG non existiría»- y animar a los jóvenes a una «dialéctica da contestación». Declama que el Bloque es una formación atípica, discrepante y disidente, señas que ve objeto de castigo, criminalización y represión. Beiras se mofa de la idea de cambio tranquilo y compara las Nuevas Generaciones de hoy con las juventudes hitlerianas. Si llega al poder, promete, tratará que la acción política siga el sentido de la historia.