La Voz de Galicia

Nuevos compradores

Ferrol ciudad

Antía Urgorri crÓNICA

18 May 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Al alcalde de Ferrol, Jorge Suárez (FeC), le preguntaban hace unos días en una entrevista en V Televisión cómo preveía la administración local a corto plazo dar un vuelco a esas cifras tan negativas que acompañan a la ciudad desde hace muchos años, ya saben, población, riesgo de exclusión social... El regidor ferrolano contestó: «Facer de Ferrol e Narón unha unidade, e a rehabilitación dos barrios, especialmente A Magdalena e Ferrol Vello, que pode xerar un ciclo de formación e recuperación de emprego, máis alá do sector naval, potenciando unha recuperación económica importante».

No es cuestión baladí este reto a corto plazo que se marca el nuevo gobierno local. Sin duda, el deterioro de A Magdalena y Ferrol Vello es el talón de Aquiles de la urbe. Primero, porque si las cosas de palacio van despacio, en los barrios protegidos, todavía más. Cada paso que se quiere dar requiere de una retahíla de trámites y autorizaciones, que muchas veces acaba minando las ganas de los propietarios de rehabilitar. Segundo, porque es la Xunta y no la administración local la competente en este campo, organismo que otorga las subvenciones y ayudas dentro de las áreas de rehabilitación integrada, y la que tutela cualquier modificación de los planes protegidos.

Y tercero porque el poder adquisitivo de los ferrolanos no está para lanzar cohetes, lo que repercute en una menor capacidad inversora por parte de los particulares. No pinta bien, no.

Sin embargo, siempre hay la otra cara de la moneda. El abultado parque de viviendas que acumula el centro ferrolano y su avanzado estado de deterioro ha provocado que muchos propietarios hayan optado por bajar de forma considerable los precios de sus inmuebles para poder venderlos. Precios que en algunos casos son auténticas gangas, a las que pueden acceder gente joven con sueldos que tampoco son especialmente boyantes.

Evidentemente son viviendas que necesitan de una profunda rehabilitación, eso está claro, pero como la compra no supone una gran inversión inicial, estos nuevos compradores pueden asumir con más calma y a medio plazo la recuperación de su nueva casa en función de sus posibilidades económicas.

Esta tendencia que se constata que está ocurriendo en los últimos años, supone un cambio de tendencia importantísima para la ciudad. Por un lado, implica un rejuvenecimiento de la población que reside en el casco viejo, con la llegada de jóvenes dispuestos a residir en el corazón ferrolano, y por el otro, supone una rehabilitación, aunque sea lenta, de una parte importante del parque de viviendas del centro.


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