El Racing cumple los pagos al día en una Segunda B endeudada
Ferrol
Linares, Fuerteventura, Lorca, San Fernando y Granada 74 perdieron su categoría y hoy se estudian los casos del Ciudad de Santiago, Águilas, Ibiza, Mérida y Orihuela
03 Aug 2009. Actualizado a las 17:36 h.
El fútbol mueve millones, pero no siempre. Lejos de estadios llenos, presentaciones nocturnas suntuosas, venta de camisetas, giras asiáticas y contratos astronómicos por los derechos de televisión existe otro fútbol en el que los esfuerzos de los jugadores por llegar a fin de mes son parecidos a los del resto de los mortales. Practican el deporte rey tanto como afición como de profesión. Algunos compaginan su trabajo en el campo con otro fuera de él. España está repleta de ellos.
La mitad de la Segunda División B estuvo a punto de descender por impago a sus futbolistas. En la categoría, casos como el del Racing, que paga al día desde hace más de diez años, son toda una excepción. Los 43 equipos morosos adeudaban 12 millones de euros a su plantilla, lo que suponía un importante incremento respecto a los 8 millones de la temporada 2007-08.
700 denuncias ante la AFE
Pero las deudas con los futbolistas solo son una pequeña parte del agujero del fútbol semiprofesional español, en Segunda B y Tercera, como ya en los modestos. Por eso son categorías en las que pronto se puede producir una gran purga. En total llegaron 697 denuncias de jugadores ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Antes de concluir el plazo, a las doce de la noche del viernes, la mayoría habían solventado sus deudas. Sin embargo, Granada 74 (1,5 millones de euros de deuda), Linares (1,3), Lorca (0,4), San Fernando (0,6) y Fuerteventura (0,8) perdieron la categoría, ninguno en el grupo del Racing. Otros cinco clubes: Águilas, Ciudad de Santiago, Ibiza, Mérida y Orihuela están pendientes de la comprobación que hoy harán de los documentos presentados para conocer su situación. El puesto de los clubes que bajen lo ocupará el mejor equipo clasificado de la fase regular del grupo correspondiente a su federación. «Lamentamos que pese al esfuerzo hecho, varios clubes no hayan podido afrontar los pagos», manifestaba el presidente del sindicato de futbolistas, Gerardo González Movilla.
Ejido y Portuense, en concursal
El Granada 74 (antiguo Ciudad de Murcia) ya había descendido a Tercera en la pasada campaña y por descenso administrativo bajará a Primera Regional Andaluza, lo que supondrá su práctica desaparición. Si ocurriese, la federación tendría que decidir el conjunto que le sustituiría. A diferencia de lo ocurrido en los últimos años esta vez sólo dos equipos -el Poli Ejido y el Portuense- se acogieron a la ley concursal que impide el descenso.
Fondo de garantía
«Estamos preocupados por lo que ocurre en Segunda B», aseguró el Presidente de la AFE al comprobar el alto nivel de endeudamiento que dificulta la viabilidad de muchos equipos. El principal problema es el escaso nivel de protección de los jugadores no profesionales. Mientras que en Primera el fondo salarial cubre 330.000 euros por futbolista y en la categoría de plata 180.000, en Segunda B el fondo asciende a 300.000 para todos los equipos.
«Tendremos que negociar con la Federación Española para que se mejoren esas cifras», comentó Movilla. La cuantía que adeudan los siete equipos son 6,8 millones de euros. Unos números muy superiores al fondo de garantía salarial.
Desaparición
Muchos de estos clubes solo acaparan protagonismo en la Copa, cuando la fortuna decide que en su camino se cruce un Madrid o Barça. La ciudad de turno se engalana para recibir a los grandes y el club hace caja con la recaudación. Pero muchas veces la precaria situación económica provoca encierros en el vestuario y sentadas en el césped de los jugadores para presionar a los directivos. En el peor de los casos el camino termina con la desaparición de entidades históricas, como le pasó al Logroñés.
Por primera vez, los clubes de Primera y Segunda, es decir, el fútbol profesional, solventaron sus deudas antes del plazo máximo. Mallorca y Valladolid debían a sus jugadores grandes cantidades. Los 2,3 millones estaban garantizados por el fondo salarial correspondiente a la máxima categoría. Lo mismo ocurría con los 12 millones que debían los ocho clubes de la categoría de plata.