Trump da marcha atrás y dinamita la paz arancelaria que firmó con China

Donde dije digo digo Diego. Y al revés. El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a protagonizar ayer otro de sus ya famosos giros de 360 grados después de hacer creer al mundo que el movimiento se va a quedar en 180.

Ni dos semanas habían pasado desde que el norteamericano anunció a bombo y platillo el cese de las hostilidades arancelarias con China cuando ayer se descolgó del armisticio poniendo sobre la mesa subidas tarifarias del 25 % a importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares. Varapalo que se completa con el anuncio de nuevas restricciones a las inversiones del gigante amarillo en alta tecnología.

Ni que decir tiene que este nuevo golpe de timón del controvertido mandatario estadounidense ha sido recibido con enfado en tierras del contrincante. «En las relaciones internacionales, cada cambio repentino, cada giro de 180 grados, simplemente merma y malgasta la credibilidad de un país», señaló la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, en declaraciones recogidas por la agencia Efe.

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... Es lo que deben de andar pensando en Europa, donde las autoridades también están pendientes de Trump. Nadie se atreve a vaticinarlo. Con él nunca se sabe, pero todo parece indicar que la Unión Europea va a tener que bregar con la entrada en vigor de los aranceles del 25 y el 10 % al acero y el aluminio. Mañana se sabrá.