Dos equipos clónicos

Chelsea y Atlético de Madrid son dos equipos clónicos. El partido al que hemos asistido en el Vicente Calderón se repetirá en Stamford Bridge, pero con los papeles cambiados. Lo que hizo el Chelsea en el partido de ida, lo hará el Atlético de Madrid en el de vuelta. Como también ya lo hizo antes en el Camp Nou y en otros muchos partidos de esta temporada. Ambos juegan casi siempre a no dejar jugar en los últimos treinta metros del terreno de juego.

Ayer, Diego Costa no podía correr, todo era más complicado. El planteamiento de ambos equipos se basa en sacar beneficio del error ajeno, en correr y en aprovechar alguna jugada a balón parado. Y con esos méritos, uno de los dos equipos que han jugado en el Vicente Calderón, estarán en la final de la Champions League en Lisboa.

En el partido de vuelta que se celebrará dentro de una semana en Londres, uno de los dos cometerá algún error, se equivocará. Y el rival, sea cual sea, dispone de suficientes jugadores talentosos para saber aprovecharlo. Insisto en que el planteamiento del Chelsea en esta ocasión será el del Atlético para el partido de vuelta. No me cabe ninguna duda.

Es complicadísimo entrar en una defensa de nueve hombres que disfrutan defendiendo y que además están entre los mejores de Europa. Porque si esa defensa poblada está formada por jugadores de nivel medio, les puedes entrar igual. Pero no es el caso. Con todo, hay que destacar que el portero del Chelsea tuvo pocas intervenciones claras. De hecho, se vio más a Courtois en el Camp Nou que a Schwarzer en el Calderón.