España, a un solo punto de conquistar la Copa Davis
Deportes
TENIS / COPA DAVIS Una fecha para la historia. Juan Balcells y Alex Corretja, rompiendo todos los pronósticos, se convirtieron en un tándem sólido, inexpugnable y sumamente eficaz y dejaron casi en ridículo a los australianos Mark Woodforde y Sandon Stolle, una de las mejores parejas del mundo.
09 Dec 2000. Actualizado a las 06:00 h.
El doble español respondió extraordinariamente a las exigencias del partido y llevó a su marcador un favorable 6-4, 6-4 y 6-4 después de dos horas y diez minutos ante el delirio de los 13.000 seguidores que animaron de manera continuada desde los graderíos del Palau Sant Jordi. Este resultado pone en ventaja a España (2-1) sobre Australia, defensora de la Copa Davis. Balcells fue la figura, la sorprendente y brillante estrella del encuentro. Todo lo hizo a entera satisfacción. Incluso las jugadas más atrevidas. No cedió ni una sola vez el servicio. Fue el único, de los cuatro, que supo conservarlo. El binomio hispano alcanzó un tono más regular, aprovechó las lagunas exhibidas por Sandon Stolle y también sacó tajada del escaso rendimiento de Mark Woodforde, uno de los tenistas australianos más laureados en dobles, que ha tenido así una triste despedida del torneo. Nadie, absolutamente nadie, esperaba que Corretja y Balcells se le subieran a las barbas de sus más ilustres rivales doblistas. El primer set duró cuarenta y un minutos. Stolle perdió el saque en el primer juego y el tropiezo resultó mortal. La manga fue para los españoles. En el segundo período, Corretja cedió su saque en el sexto juego, Stolle lo hizo en el siguiente y Woodforde también sufrió la ruptura en el noveno. En el décimo, con servicio de Corretja, Balcells amartilló uno de esos puntos casi imposibles de conseguir. Golpe final En el tercer set, fueron Woodforde y Stolle los que no acertaron a mantener el saque en los juegos séptimo y noveno, pero sus oponentes no apuntillaron. Tuvo que ser Balcells quien rematara la victoria. En el décimo juego, con 40-15, sacó fuerte y el resto de Stolle, una vez más, fue a estrellarse en la red. El disloque. España había logrado lo que parecía una quimera: doblegar a una pareja cargada de triunfos. Eso sí, hasta este partido, Stolle y Woodforde nunca habían jugado juntos en pista de tierra batida. Que les vaya mejor otra vez, aunque no será en la Copa Davis.