La Voz de Galicia

Atlanta ya queda más cerca

Deportes

P. J. B. A CORUÑA

El equipo olímpico español, con nueve medallas aseguradas, está a ocho de las conquistadas hace cuatro años y a trece de las de Barcelona 92 Un beso y dos medallas. España compaginó ayer la gloria olímpica con el amor. O lo que sea. La alegría de los tenistas Corretja y Costa acompaña al sentimiento que empieza a aflorar en el equipo español. Decaído hasta ahora, el medallero español empieza a engordar gracias a nuevos metales. Ayer fueron dos _una de plata en taekwondo y otra de bronce en tenis_, pero los olímpicos ya empiezan a acostumbrarse a dar alguna alegría diaria.

27 Sep 2000. Actualizado a las 07:00 h.

El objetivo de repetir un número similar a las conquistadas en los Juegos de Atlanta hace tan sólo cuatro años se acerca. Entonces, se consiguieron diecisiete y las nueve aseguradas hasta el momento hacen que el objetivo de lograr entre quince y veinte galardones empiece a convertirse en realidad. En cualquier caso, las veintidós de Barcelona siguen siendo un bonito sueño. Los protagonistas de la jornada fueron Álex Corretja y Albert Costa. La pareja de tenistas españoles se alzó con la medalla de bronce y lo celebró a lo grande. Un beso en la boca en la pista y un brindis en el vestuario. A buen seguro que se acordaron durante la fiesta de las declaraciones del secretario de Estado para el Deporte. Gómez Angulo había explicado el escaso bagaje de medallas del equipo español en la «falta de afán de competitividad» de los deportistas. La pareja de moda demostró en los Juegos todo lo contrario. Ricos y famosos gracias a sus multimillonarios ingresos de la ATP, se ríen del dinero que puedan ganar en la cita de Sydney. Plata amarga También le sobra espíritu olímpico a Gabriel Esparza. Nada más terminar su combate final, una radio conectó telefónicamente al medallista en taekwondo con su madre. Sus primeras palabras fueron: «Sí, bueno, oye, fatal». El pamplonés, que se colgó el premio de plata, aseguraba sentirse orgulloso de lo conseguido, pero no podía ocultar con amargura que su aspiración era la medalla de oro. El luchador se declara un rendido admirador de Bruce Lee, al igual que Francisco Zas. El coruñés toma hoy el relevo en esta disciplina, que aspira a disparar los galardones obtenidos por el equipo español. Tercero en el Europeo y en el Mundial de la especialidad, a buen seguro que Zas no podrá ocultar su decepción si no regresa a A Coruña con un metal. Despedida Sin embargo, estos Juegos quedarán marcados por la despedida de auténticos mitos deportivos. Si la marcha de la francesa Marie-Jose Perec convulsionó la cita durante los primeros días, la despedida de grandes campeones como Bubka (con tres saltos fallidos sobre 5,70 metros), Devers (que tropezó en las semifinales de vallas), Masterkova (retirada en los 1.500 metros) y Morceli (quien terminó andando en la semifinal de esta distancia) sirve como triste ocaso a los últimos dominadores olímpicos.


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