La Voz de Galicia

El cine español dice adiós al maestro con un «¡Viva Berlanga!»

Cultura

Miguel Lorenci colpisa/madrid.

15 Nov 2010. Actualizado a las 02:00 h.

«La pérdida de Berlanga me deja muy huérfano como cineasta». Pedro Almodóvar se convirtió ayer en portavoz del cine español en su sentida despedida a Luis García Berlanga, fallecido el sábado a los 89 años. El genial cineasta, el maestro de maestros, descansa en paz. Sus restos reposan en la tumba familiar del cementerio de Pozuelo de Alarcón, junto a los de su hijo Carlos, fallecido hace ocho años.

Recibieron sepultura en una desapacible tarde de domingo otoñal, bajo una suave lluvia, al grito de «¡Viva Berlanga!» y arropados por un centenar de colegas, amigos y familiares. La profesión y cientos de ciudadanos anónimos habían despedido poco antes al maestro con un respetuoso silencio roto con una sentida e intensa ovación en la casa del cine, la Academia de las Artes Cinematográfica que Berlanga fundó y que acogió su austera capilla ardiente. Ante su féretro desnudo de símbolos religiosos y bajo una pantalla gigante en la que se repasaba su vida en imágenes, desfiló un oficio que se sentía huérfano sin uno de sus faros, y una ciudadanía que halló en el talento de Berlanga un espejo ácido y lúcido para reflejar la España de la segunda mitad del siglo XX.

Así lo destacó Pedro Almodóvar, que acudió a presentar sus respetos al «maestro» junto a su hermano Agustín y a despedirse de un «gran amigo», dueño de un talento equiparable, a su juicio, al de otros grandes de la historia de séptimo arte. «Siempre hablamos de Billy Wilder, pero si Berlanga hubiese hecho cine en otra lengua, el mundo entero se rendiría hoy ante su féretro» dijo el cineasta manchego.

«Tuvo la mala suerte de que sus personajes hablaban mucho y muy rápido, lo que hacía muy difícil el subtitulado en otra lengua» comentó un Pedro Almodóvar «muy tocado» por la muerte del genial valenciano tras dar el pésame a la viuda de Berlanga, Maria Jesús Manrique, y a dos de sus hijos, José Luis y Eduardo.

Como Almodóvar, toda la profesión cinematográfica dio su último y respetuoso adiós a Berlanga. Cómicos como Concha Velasco, Manuel Zarzo, Santiago Ramos, Analía Gadé, Mónica Randall, Jesús Guzmán, Luisa Martín o Pedro Ruiz; directores como José Luis Borau, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez, José Luis García Sánchez o Icíar Bollaín; o políticos como Rita Barberá, alcaldesa de Valencia; Ana Botella, o Diego López Garrido desfilaron por la capilla ardiente en la que estaban los restos mortales.

Aplauso

«Gracias, maestro» era la frase más repetida en los libros de firmas en los que cientos de ciudadanos quisieron testimoniar su cariño y su respeto al director de El verdugo. Ciudadanos que le pedían «una película desde el cielo» y le agradecían su espíritu libre y su magisterio.

Fue un flujo incesante de ciudadanos que en la noche del sábado y la mañana de ayer desfiló por el salón del la Academia. Un manto de flores cubrió la lápida ante la que el primogénito de Berlanga lanzó un sentido «¡Adios maestro!» e invitó a rezar a quien quisiera hacerlo. De la compungida asistencia formaban parte, entre otros, la ministra de Cultura, Ángeles González- Sinde, Rita Barberá, Concha Velasco o Willy Montesinos.


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