El secreto del sumario aumenta el suspense sobre el caso

El secreto de sumario decretado por la titular del Juzgado de Instrucción número 5 es la razón por la que tanto la Policía Nacional como los servicios judiciales evitan aportar información y detalles acerca de las investigaciones en torno a lo sucedido a primera hora de la tarde del día 21 en la vivienda de la calle Andrés Antelo, aún cuando Javier Estrada Fernández confesó a los agentes ser el autor del doble crimen de los mellizos.

La abogada de la defensa, Lucía Rama, del despacho Pato & Rama, se amparaba ayer en el respeto a la decisión judicial para evitar pronunciarse. «No puedo decir nada, ni siquiera sobre la situación personal del detenido», aseguraba a media mañana. Prestará el servicio profesional a Javier Estrada por turno de oficio, al ser la letrada que se encontraba de guardia el domingo, día del crimen, en el servicio de defensa gratuito.

Según indicó Rama, el caso se encuentra en fase de instrucción, y apenas si ha dado tiempo a iniciar las primeras diligencias de un proceso judicial que se intuye pivotará en torno al estado mental del detenido, que se encuentra desde ayer en la prisión de Teixeiro, en el momento del asesinato.

Enfermedad mental

El abogado penalista Ramón Sierra analizó ayer el caso en Radio Voz, donde aseguró que «el hecho de que la jueza haya decretado el ingreso en prisión del imputado y no su traslado al módulo hospitalario penitenciario del Chuac puede indicar que no aprecie que tenga una enfermedad mental que anulase por completo su capacidad volitiva al tiempo de la comisión de los hechos», aunque matizó que esto es «una mera valoración personal basada en los datos derivados de la prensa».

Para Sierra la llamada autoinculpatoria que realizó a la policía «por un lado puede tener afectos atenuantes, pero por otro, según mi punto de vista, revela que su estado mental, al menos en el momento posterior a los hechos, no afectaba tanto a sus capacidades».

Habló también de la responsabilidad que podría derivar de la actuación de la madre de los fallecidos: «Podría existir una participación por omisión, ya que ostenta legalmente una posición de garante de la seguridad de sus hijos. Pero no creo que sea este el caso. Bastante tiene que cargar sobre su espalda para que la fiscalía o una acusación particular pretenda hacerla responsable en alguna medida».

En cuanto a la posible defensa que puede esgrimirse en favor del detenido, el penalista asegura que «se trata de un caso extremadamente desagradable en el que legalmente las posibilidades de defensa se reducen únicamente a buscar una exención o una atenuación de la responsabilidad criminal por su estado mental», lo que consideró que es una «difícil labor para el abogado que asuma esta defensa, al margen de la compleja responsabilidad moral que puede llevar defender un asunto de este calibre. Aunque los abogados estamos para eso», añadió antes de concluir que, en el caso de que llegase a sus manos, «cosa tan difícil de saber como si el Dépor subirá este año a primera», sí aceptaría el caso: «Por supuesto. Hasta el mayor de los asesinos tiene derecho a una defensa», señaló el letrado Ramón Sierra.

«Estamos iniciando la instrucción y no puedo decir nada, hay secreto de sumario»

Lucía Rama

«Por supuesto que aceptaría el caso. Hasta el mayor de los asesinos tiene derecho a defensa»

Ramón Sierra