Pontedeume pone una pica en la NASA
A Coruña
Un emigrante eumés desarrolla una espuma ligera para usos aeronáuticos
12 May 2008. Actualizado a las 14:09 h.
Fina recuerda cuando su sobrino, Juan Miguel Vázquez, cumplió los 11 años. «Iba a la escuela de Pontedeume y su maestro vino a casa a decirnos que tenía mucha capacidad para estudiar», explica. Perdió a su madre cuando apenas tenía un año, y su padre había partido hacia Montevideo para hacer las Américas. «La economía andaba mal», prosigue Fina Vázquez. En pleno franquismo, escribieron al padre con las indicaciones del profesor de Juan Miguel y, al poco tiempo, el niño ya estaba embarcado camino de Uruguay.
«Su padre había buscado a un marino para que cuidase de él durante el viaje», recuerda José Pastoriza, el tío con el que pasaba largas tardes pescando en la desembocadura del Eume. «Iba conmigo a todos lados», apunta.
Una vez en la diáspora, Juan Miguel continuó sus estudios de secundaria y se inscribió en la facultad. «No pude acabar la ingeniería porque llegó el golpe militar y cerraron las universidades», relata. Y continuó su periplo por Latinoamérica hasta acabar, hace ya 23 años, en Estados Unidos. Allí empezó a vivir el sueño americano con una empresa de fabricación de muebles. Ahora, a sus 54 primaveras, desarrolla con científicos del centro de investigación de la NASA en Langley, en el estado de Virginia, una espuma de poliamida de alta densidad y más ligera que la fibra de vidrio que se emplea habitualmente en la fabricación de barcos y en aeronáutica.
Ha dedicado los últimos doce años a perfeccionar ese material y a fabricar yates desde Miami. Prácticamente a la mitad de su proyecto se incorporaron tres técnicos de la agencia espacial para ensayar la posibilidad de introducir esa espuma en las naves de la NASA. Ahora comparte la patente con ellos y también el premio, fallado hace un mes escaso, del NASA Commercial Invention of the Year 2007, dotado con unos 60.000 dólares (40.000 euros al cambio). «La entrega será en febrero del año que viene, con el director de la NASA, en Washington. A estos americanos les gusta planificarlo todo muy bien», bromea.
Su última visita a su Pontedeume natal fue hace un par de años. «Uno de mis hijos tenía un torneo de fútbol en Madrid», explica, y aprovechó para ver a su familia. Desde entonces, la morriña ha cobrado fuerza. Casado y con dos hijos en Florida, sueña con abrir mercado y asentarse en Galicia. Ya exporta materiales a los Países Bajos y a Italia, y trabaja con un armador del País Vasco. Además, la compañía Boeing, dice, prueba la espuma con etiqueta eumesa en sus aviones.