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Michael Douglas 'La vida no es más que una tragicomedia'

Reconoce que ya no puede ser el galán que se lleva a la chica. Solo su padre o su abuelo. Pero a punto de cumplir 77 años, este mito del celuloide vuelve a disfrutar de un momento cumbre en su carrera. Se lo debe a la serie “El método Kominsky”, donde su personaje habla de la vejez con humor, como él mismo en esta entrevista.

Por Gabriela Herpell / Fotografía: Sebastien Micke

Son las diez de la mañana y un Michael Douglas en mangas de camisa blanca se sienta frente al ordenador. Está de vacaciones en España y, provisto de un humor inmejorable, no le importa interrumpir ese descanso para concedernos esta entrevista y hablar sobre El método Kominsky, la irreverente serie –sus tres temporadas están disponibles en Netflix– que le ha devuelto el brillo a su carrera con chistes sobre la próstata y los achaques de la vejez, mientras él e ilustres como Morgan Freeman o Kathleen Turner imparten lecciones vitales de hondo calado. El personaje de Douglas, de hecho, parece beber mucho del hombre que lo encarna. Sandy Kominsky es un veterano actor y profesor de interpretación aún dispuesto a aprender –«nunca es demasiado tarde», es uno de sus lemas– que mantiene esa afilada ironía con uno mismo que hace del envejecimiento algo más llevadero.

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