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Desayuno de domingo con...

Carolina Yuste: 'La mejor decisión de mi vida fue cambiar mi 'smartphone' por un móvil sin Internet'

Soy, ante todo, actriz y bellotera de Badajoz (1991). El 17 de septiembre estreno 'Sevillanas de Brooklyn', un filme muy racial, andaluz y divertido, en el que también se os pueden saltar las lágrimas.

Por Virginia Drake / Foto: Javier Ocaña

Sábado, 04 de Septiembre 2021

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Se siente muy extremeña.

Carolina Yuste. Pero de Badajoz. Los de Cáceres son mangurriños, otra cosa. Yo soy bellotera de pura cepa.

XL. Bellotera, pero vegana. Estarán encantados los criadores de su tierra.

C.Y. Me felicitan por la calle, sí [ríe]. Y no es tan duro renunciar al buen jamón. No echo de menos comer cerdo; los prefiero corriendo por la dehesa.

XL. Sevillanas de Brooklyn es una comedia, pero en un momento llegué a tragar saliva.

C.Y. ¡Qué bien! Es lo que intentamos. Aunque es una comedia familiar, tiene ese componente de reivindicación social, que es en el que quiero estar. Hay papeles que ya no me interesan.

XL. ¿Consigue que sus papeles sean solo reivindicativos?

C.Y. Al principio no podía rechazar algunos, pero este año me siento muy privilegiada. Es muy difícil elegir bien, porque hay que pagar el alquiler.

XL. Los derechos LGBTI, la xenofobia, el feminismo… 

C.Y. Son los temas que me preocupan, sí. Pero es que, además, somos racistas con los pobres; si se trata de un rico, ya no hay xenofobia: a los ricos no se les cierra la puerta. Pero, en fin, estamos en la lucha y creo que somos más.

«Empiezo con un café con leche de avena. Y, luego, alterno entre una tostada con tomate y aguacate o un bol de avena al que echo semillitas y fruta».

XL. ¿Usted no se corta nunca?

C.Y. No dejan de sorprenderme esos revuelos que se montan por algunas cosas que digo. Para mí son conversaciones que se tienen que dar de forma natural, sin ser noticia. Se pueden ver películas violentas sin que pase nada, pero no se puede hablar en público de la masturbación femenina porque la gente se lleva las manos a la cabeza.

XL. ¿Le han dicho alguna vez eso de «calladita estás más mona»?

C.Y. ¡Todo el rato y desde pequeña! [ríe]. Pero no pienso renunciar a ser como soy por miedo a que me perjudique en lo laboral: hay cosas que son de madera de pino, aunque luego se conviertan en algo político y las utilicen unos contra otros, cuando deberían ser transversales.

XL. Oiga, durante el confinamiento y viviendo sola, cambió su smartphone por un móvil sin Internet.

C.Y. La mejor decisión de mi vida. Todo el mundo mandaba mil mensajes y hacía videollamadas, y me agobié. Solo lo conectaba para hablar con mi familia y veía las noticias en el ordenador. Aproveché para estar tranqui, leí mucho, tomé el sol en la terraza e hice yoga.

XL. Tras su Goya por Carmen y Lola, no ha parado, y este año estrena cinco películas.

C.Y. Y sigo con Prostitución, con Carmen Machi y Nathalie Poza. Es la obra que me ha reventado por más lados pero que me ha regalado más cosas.

Etiquetas: actores españoles