Viernes, 11 de Abril 2025, 09:35h
Tiempo de lectura: 3 min
Un poco a trompicones o salto de mata, entre compromisos engorrosos, he conseguido leer Los seductores (Random House), la más reciente novela de James Ellroy, que merodea la sórdida muerte de Marilyn Monroe (e, inevitablemente, su relación con los hermanos Kennedy). No es la primera vez que leo en parecidas circunstancias a este gigante literario, cuya escritura sincopada (tan poco literaria, por lo demás) siempre me ha subyugado. Nunca olvidaré la fascinación que me produjo una de sus novelas más características, American Tabloid, que empecé a leer derrengado en una cama de hotel, después de pronunciar una conferencia en un país muy lejano, en el breve receso que los organizadores me concedieron para asearme y descansar un poco, antes de asistir a una cena que se oficiaba en mi honor. Apenas pensaba picotear desganadamente entre sus páginas; pero empezar a leer aquella novela esquizoide y barullera, recorrida de truculencias y bestialidades, perfumada por ese hedor conspirativo que es el aroma inconfundible de Ellroy, fue como montarme en un tobogán que me conducía hasta un sótano de horrores deliciosos y paralizantes como la Gorgona. Completamente hipnotizado, tuve que llamar a mis anfitriones y excusar mi presencia en aquella cena, alegando una ridícula indisposición; y seguí leyendo sin descanso durante toda la noche, en un estado de insomnio febril, como atrapado en una pesadilla de la que no quería evadirme, abducido por una narración que tenía algo de animal felino que me arrastraba en su remolino de furia, mientras me asestaba mil dentelladas. Amanecí con la novela de Ellroy terminada como si me hubiesen centrifugado el alma.
-
1 Lo que de verdad rompe el corazón a las mujeres (no, no es el desamor...)
-
2 Marlene Dietrich, el ángel al que Alemania demonizó
-
3 Los niños de Putin: cómo el Kremlin ha adoctrinado a toda una generación
-
4 Pódcast | ¿Eres meteorosensible? Cuando el clima afecta más de lo normal a nuestra salud
-
5 Pedro Ruiz: «Se ha instituido una televisión que es de mangantes y para paletos»
-
1 Lo que de verdad rompe el corazón a las mujeres (no, no es el desamor...)
-
2 Marlene Dietrich, el ángel al que Alemania demonizó
-
3 Los niños de Putin: cómo el Kremlin ha adoctrinado a toda una generación
-
4 Pódcast | ¿Eres meteorosensible? Cuando el clima afecta más de lo normal a nuestra salud
-
5 Pedro Ruiz: «Se ha instituido una televisión que es de mangantes y para paletos»