Pulpeiras', aunque mejor sería decir pulpeiros, porque los hombres cada vez son más en este oficio antes reservado a las mujeres. De hecho, en el concurso que se celebró hace unos días en el Fórum Galicia, en Coruña, de los ocho finalistas sólo dos eran mujeres. Sea cual sea su sexo, lo cierto es que no se entienden las fiestas que llenan el verano gallego sin estos pulpeiros que van de feria en feria con sus grandes calderos en los que cuecen el pulpo para luego trocearlo y aliñarlo antes de servirlo en los populares platos de madera.
