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Portugal, el edén a la vuelta de la esquina

Viajes

Portugal, el edén a la vuelta de la esquina

Villa Extramuros. A las afueras del casco urbano de arraiolos, una moderna casa funciona como bed & breakfast. Una forma de sentir próximo el campo alentejano.

Playas vírgenes, reservas naturales, aldeas perdidas... Aunque Portugal es uno de los cinco destinos más buscados de Europa, todavía guarda pequeños secretos. Te los descubrimos.

Miércoles, 14 de Agosto 2024, 10:34h

Tiempo de lectura: 9 min

Portugal parece ser que lo tiene todo. Tiene a famosos viviendo en su capital –hablamos de Madonna, Monica Bellucci, Phil Collins o Ricky Martin–. La lista se amplía si bajamos dos horas al sur de Lisboa. Allí, en el chiringuito nos podemos encontrar a Philippe Starck, Christian Louboutin o Carla Bruni. Pero hay más.

El país vecino es la Toscana cuando los medios extranjeros hablan del Alentejo, una región que linda con Extremadura y cuyas costas bañadas por el Atlántico, dicen, son las últimas playas salvajes de Europa. Al valle del Douro lo comparan con las mejores tierras de vinos del mundo. Y aunque siempre han estado ahí, el país cuenta con unas islas, las Azores, a las que buatizan como la nueva Islandia.

Europeos –con los británicos a la cabeza, pero acaparando también el interés de polacos y rusos– y, sobre todo, norteamericanos han descubierto Portugal. Este pasado invierno el buscador de viajes Kayak detectó un 46 por ciento más de búsquedas desde Estados Unidos con su capital como destino con respecto a la misma temporada el año anterior. En ese mismo periodo, American Express aumentó sus reservas en un 81 por ciento.

Portugal fue el gran triunfador de la final de los World Travel Awards 2017 –los Oscar de la industria del turismo– al ganar el Premio al Mejor Destino del Mundo. Entre los finalistas, destinos como Brasil, Grecia, Maldivas, Estados Unidos, Marruecos, Vietnam o España. Para la guía Lonely Planet es uno de los diez destinos del año. Solo se halla otro país europeo en este particular top ten: Malta.

En la ecuación que ha hecho de Portugal uno de los cinco destinos más visitados de Europa están como variables su cosmopolitismo, historia, tradición, sol, naturaleza y gastronomía. También, sin duda, ha ayudado no haber sufrido ataques sangrientos como los que se han vivido en países vecinos o la inestabilidad política del Mediterráneo oriental y el norte de África, que disuaden a muchos turistas. Lisboa, Oporto, Coímbra… son la cara más visible, pero Portugal esconde secretos que son lo suficientemente tranquilos y desconocidos para sentirse un viajero de otra época.

La región desconocida

Alentejo

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Tierra curtida en mil batallas, es la región más desconocida y despoblada de Portugal. Ocupa un tercio del país, pero solo es hogar del siete por ciento de la población. «La tierra del pasado» –para los locales– está salpicada de bosques de alcornoques y campos de trigo. Un paraíso para los amantes del vino y la buena mesa. a una hora y media al suroeste de Lisboa, se puede recorrer en coche y, para los más aventureros, en bicicleta. incluso desde la posición privilegiada de una silla de montar. El viaje se puede empezar en su capital, Évora. Una preciosa ciudad amurallada, tranquila y rural. La siguiente parada pueden ser los pueblos medievales de Monsaraz, Montemor-o-Novo o Beja. Dice el diseñador Christian Louboutin que, mientras recorre estos campos, «el paisaje parece sacado de un libro de Cervantes. Casi espero ver a Don Quijote esperándome en un castillo».

Puedes quedarte en...

  

São Lourenço do Barrocal: En una finca de 780 hectáreas, el arquitecto con Premio Priztker Eduardo Souto de Moura ha rehabilitado esta antigua granja con detalles exquisitos. Como para no querer salir.

Torre de Palma: En esta casa de 1338 se combinan tradición y modernidad. Entre sus servicios brilla su codiciado spa.

L’And Vineyards: A las afueras de la localidad de Montemor-o-Novo, un modernísimo edificio con 25 suites goza de una ubicación única en medio de un viñedo.

Convento do Espinheiro. En la monumental ciudad de Évora destaca un hotel de cinco estrellas en un antiguo convento del siglo XV.

El secreto, al descubierto

Comporta

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Es la capital del hippie chic. Hace sombra a los Hamptons. Comporta es un pueblo a una hora en coche de Lisboa. Rodeándola, aldeas como Pego, Carvalhal, Brejos, Torre o Possanco. Asombrosamente preservada por ser reserva natural altamente protegida, pero también porque sus casi 12.500 hectáreas tienen un único dueño: el banco Espírito Santo. Un paraíso de arrozales y playas vírgenes. Solo un problema: el alojamiento es complicado. Los ricos que la frecuentan –desde los Grimaldi a los Sarkozy– tiran de villas de alquiler.

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Cabanas no Rio

Dos refugios de pescadores se han reinventado como exclusivas suites en el estuario del río Sado.

Entre dos mundos

Azores

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Son nueve islas volcánicas en medio del Atlántico. Un orgasmo para los amantes de la naturaleza: buceo, ballenas... Son comparadas con Islandia –por los paisajes– y con Hawái –por su naturaleza–. Hay sol y playa, pero para los que busquen historia su isla es Terceira. Fuertes de los siglos XVI y XVII e iglesias y conventos barrocos. São Miguel es la isla más grande del archipiélago y aparte de una capital colonial, Ponta Delgada, son visita obligada los lagos Sete Cidades. Y los amantes de la gastronomía no deben dejar de visitar la isla de Pico.

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White Azores. Con privilegiadas vistas al mar, este moderno hotel ofrece suites, pero también villas.

Furnas Boutique Hotel. Ubicado en la isla de São Miguel, donde se concentra el mayor número de aguas termales de Europa.

Tierra de vinos

Valle del Douro

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Partiendo de Oporto, río arriba, vas descubriendo uno de los paisajes más especiales del país. Una sucesión de viñedos en terrazas que se asientan en las laderas del Duero. Muchas de las bodegas ofrecen visitas y catas. El recorrido se puede realizar en coche –una autopista recientemente inaugurada facilita la subida–, pero también hay cruceros. En 2001, la Unesco designó toda la región del Alto Douro como Patrimonio de la Humanidad, pero sin duda lo que la situó en el radar de los viajeros más exigentes ha sido una cosecha de hoteles de lujo.

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Pedras Salgadas. En torno a un histórico balneario, se ha levantado un complejo de casas ecológicas con diseño de vanguardia.

Six Senses Douro. Una mansión del siglo XIX reconvertida en resort ha puesto de moda esta zona Patrimonio de la Humanidad.

Más que playa

Algarve

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Lo sabemos: para muchos, el Algarve es sinónimo de turismo masivo, bloques de apartamentos de los setenta y británicos escandalosos. Solo hay que ir a Faro para comprobarlo. Pero hay otra versión muy cerca, a solo unos kilómetros. Encontramos impresionantes acantilados (Algar Seco y Ponta da Piedade), playas doradas (costa Vicentina), olas para el surf (costa de Sagres, playa Arrifana)... Sin embargo, la costa solo es una pequeña parte de lo que ofrece esta región del sur de Portugal. Su interior lo dibujan laderas tapizadas de olivos, almendros, higueras, robles, encinas y alcornoques, salpicadas por ciudades con castillos y pueblos históricos (Silves, Salir, Alcoutim…). Una forma de recorrerlos haciendo bicicleta o senderismo es la Vía Algarviana. Es en estas tierras donde se ha desarrollado una interesante oferta de hoteles rurales. Paredes encaladas, muebles vintage, pocas habitaciones y cuidada cocina son su hilo conductor.

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Casa Mãe. Esta casa original de 1919 se ha reconvertido en un refugio con cinco suites, un bar tranquilo y un restaurante informal de alta cocina.

 

Casa Modesta. Todas las habitaciones tienen su propio patio o terraza, con vistas a una laguna.

Companhia das Culturas. Este establecimiento es todo un manifiesto de lo sostenible. Para ello se rodea de arquitectura vernácula, huertos… e incluso un pequeño hammam.

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