Un día traté de escapar corriendo hacia las montañas. Me cazaron y me llevaron de nuevo con mi raptor. Me metió en un cuarto a empujones y la emprendió a latigazos. Luego me azotó con un cable, amarró mis piernas y me colgó del ventilador en el techo. Así suspendida, siguió azotándome. Me bajó y me dijo que seguiría castigándome durante tres días, en los que no iba a darme ni comida ni bebida. Y me avisó de que, si intentaba fugarme otra vez, me ataría a dos coches y despedazaría mi cuerpo en dos mitades. Tres días después, me dejó salir del cuarto».
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Stephanie Wilson
Talento Joven Fundación BBVA