La Universidad arranca primando la educación presencial, que se podrá conjugar con la virtual

La Universidad de Vigo inauguró ayer el curso apostando por la presencialidad, aunque el curso compaginará la docencia presencial en alrededor de 20 grados y 30 másteres con el sistema mixto, que alternará clases en el aula con la virtualidad en función de las medidas que se tomen en función del avance del covid.

Pero lo que ilusiona a la mayoría es dejar atrás las clases online para volver al modo convencional, el trato profesor-alumno sin más pantallas que, si acaso, las mamparas de separación. «Nosotros hemos optado por la presencialidad total, eso implicó una tarea de organización tremenda. Frente a la Universidad a distancia, te da una serie de sensaciones e informaciones y, sobre todo, una proximidad que es muy difícil de conseguir a tanta distancia. Hoy empezamos nuestras clases con primero, segundo, tercero y cuarto, es decir, todos los cursos, de momento, sin mayores dificultades», dice Consuelo Currás Valle, directora de la Escuela de Empresariales de la Universidad de Vigo.

Este nuevo inicio de curso ha permitido a los alumnos volver a la facultad, lugar que algunos añoraban: «Echaba de menos venir a clase, ver a mis compañeros y hablar con los profesores. Aunque la universidad a distancia está muy bien organizada, no es lo mismo. Prefiero venir a clase con medidas de seguridad a quedarme en casa delante del ordenador», dice un alumno. Otros, no tanto: «Creo que es un poco precipitado el volver a las clases presenciales tan pronto, sabiendo como está la situación y las probabilidades de un nuevo repunte», argumenta otro.

La emoción por empezar un nuevo curso no solo era palpable entre los alumnos. También era visible entre docentes, como señalaba Consuelo Currás, «en cuanto se supo que la escuela iba a tener presencialidad total, los alumnos lo celebraron muchísimo, ya que se dieron cuenta durante el confinamiento de la importancia que tiene. Y esa celebración no fue solo por parte de ellos», asegura.

Por si fuera necesario, la Universidad ha preparado aulas y espacios como salones de actos o de grados que se van a convertir en aulas integra, con equipos digitales personales que darán soporte a un encerado virtual que podrán ver simultáneamente alumnos presentes en el aula y los que sigan las clases desde sus casas.