Pioneros del oval rumbo a EE. UU.

Los vigueses Jest Núñez y Lucía del Campo tienen mucho en común. Compañeros de equipo en el sub-18 mixto del Vigo Rugby, los dos comenzaron a jugar con siete años imitando a sus hermanos y ambos vivieron en la infancia experiencias en el extranjero que les dejaron con ganas de más. Por eso los dos, aunque sin saber que manejaban planes similares, han tomado la misma decisión de cara al año que viene: cursar estudios y compaginarlo con la práctica de su deporte en universidades americanas. Son los primeros del club en dar este paso.

Del Campo estudiará Medicina en la Lindenwood University, en el estado de Missouri, mientras que Núñez pondrá rumbo a la Marian University, en Indiana, donde prevé cursar estudios relacionados con las matemáticas, aunque todavía no se ha decantado por una carrera en concreto. Están convencidos de que en sus nuevos destinos les esperan experiencias que tratarán de aprovechar al máximo, tanto en lo deportivo como a nivel académico y, sobre todo, vital.

«Cuando tenía once años, fui un verano con una familia a Estados Unidos para aprender inglés y volví con la idea de que me gustaría estudiar allí», recuerda Lucía. Una idea que ya no se le fue de la cabeza y que tuvo más presente a medida que se acercaba el final del Bachillerato. «Quería estudiar Medicina y compaginarlo con el deporte de alto nivel. Creo que encontré la mejor opción. Voy a un gran equipo», proclama satisfecha.

Pero no fue dicho y hecho. Para poder tener esa opción tuvo que pasar por un proceso de selección del que revela que se dio «de una manera muy natural». Solicitó la plaza y, aunque confiesa que aún no se lo cree, le hicieron una oferta que califica de «irrechazable» a todos los niveles. «Es uno de los mejores equipos de liga de la División 1. Me tenía que ir sí o sí», añade.

Jest también se siente muy «orgulloso» de estar en condiciones de poder cumplir un sueño. «Es algo que me va a ayudar en el futuro. Voy, primero, con fines académicos. El objetivo principal es conseguir una carrera y, luego, jugar y pasármelo bien», indica. En su caso, había estudiado quinto de Primaria en Escocia, jugando también al rugbi ese tiempo. «Me encantó y mi madre había investigado esto de las becas universitarias en Estados Unidos. Me pareció una gran idea», destaca el deportista.

Relata Núñez que el proceso de admisión fue diferente a lo que imaginaba. «Fueron más calmadas de lo que esperaba, entrevistas con los entrenadores de allí en las que me hacían preguntas y me explicaban cómo funciona todo allí», precisa. Su expediente académico en España era otro requisito que se tenía en cuenta en la selección.

Rugbi desde niños

Lucía del Campo se declara «enamorada» del rugbi. La culpa la tienen su padre y su hermano, cuyos pasos quiso seguir. «Iba a ver a mi hermano a algún entrenamiento y me parecía muy divertido. Pregunté por qué yo no iba y me dijeron que tenía razón, así que probé y me encantó», recuerda. Los inicios de Jest, que nació en Filipinas y fue adoptado por su familia antes de cumplir los tres años, fueron parecidos. «Mi hermano hacía rugbi, me llamó la atención y me animé. Y mira dónde estamos, llegué a la selección gallega y a la española», algo en lo que coincide, asimismo, con Lucía.

También en los dos casos, en el club reaccionaron a las mil maravillas cuando comunicaron sus planes futuros. «No tenían ni idea, así que se quedaron sorprendidos, pero muy contentos», agradece Jest. Lo mismo con su compañera: «Todos están muy ilusionados y yo sé que sin ellos no habría sido posible». Dos pioneros a los que no les da vértigo cruzar el charco.