Una visión insólita de la gamboa de Oia
Vigo
Reportaje | Un patrimonio oculto por el mar La marea más baja del año permitió ayer contemplar plenamente los restos de la ingeniosa pesquería que diseñaron los monjes del monasterio en la Edad Media
20 Mar 2007. Actualizado a las 06:00 h.
La gamboa de Oia se hizo plenamente visible durante la mañana de ayer. La marea más baja del año provocó que salieran a relucir los restos de la antigua estructura de piedra que idearon los monjes cistercienses para poder pescar en abundancia y sin grandes esfuerzos. Los vecinos pudieron contemplar durante más de una hora una imagen insólita de este elemento medieval que conserva perfectamente su trazado en la pequeña bahía de Santa María de Oia. A las 10.40 horas el nivel del mar alcanzó su cota mínima, ofreciendo a los espectadores el mejor momento del año para observar con nitidez lo que queda de la antigua pesquería que permitió alimentar durante siglos a los habitantes de las poblaciones cercanas. No obstante, el fenómeno pasó ayer inadvertido para la gran mayoría de los vecinos, que no viven pendientes del estado de las mareas. El muro posee alrededor de 25 metros de largo y fue diseñado por los antiguos habitantes del cenobio para cerrar una parte de la costa y poder capturar los peces que quedaban atrapados cuando bajaba la marea. La importancia de esta pesquería está documentada. El estudioso Juan Rey Iglesias afirma en su libro Historial de Oya que a ningún habitante de la comarca le faltó pescado durante el tiempo en el que se utilizó este sistema y que era tan abundante que hasta se regalaba. «Los pueblos cercanos nadaban en la abundancia, porque el puerto de Oya era un vivero continuo de manjares marinos. La Guardia, Rosal, Tomiño, Baiona, Nigrán, Gondomar y Tui conservan recuerdos de esta verdad en anales de su historia económica y comercial», comenta el historiador en su obra. Conservación Este singular elemento arquitectónico que es único en Galicia se encuentra en muy mal estado de conservación, como pudo comprobarse ayer, una vez más, tras salir a la luz. El muro fue destruido tras un fuerte temporal que afectó a Oia en el año 79 y que supuso entonces la declaración de la costa como zona catastrófica. El Concello ha presentado un proyecto para poder rehacer esta estructura, pero Patrimonio no ha autorizado devolver el muro su altura original. Tan sólo un pequeño extremo de apenas dos metros de longitud, ubicado en una esquina de la playa, se ha librado de la fuerza del mar y puede observarse durante todo el año con independencia del estado de la marea. A pesar de su estado ruinoso, es uno de los elementos más significativos del municipio de Oia. Ayer pudo apreciarse en toda su dimensión gracias a que la marea alcanzó su altura mínima anual.