La Voz de Galicia

Los chavales del Dépor dejan huella en Riazor

Torre de Marathón

Antía S. Aguado
Noé Carrillo, frente a Bil Nsongo, en el momento del gol que dio la victoria al Dépor.

Noé Carrillo, héroe junto a Bil Nsongo, brindó su alegría a sus padres: «Son muchas horas invertidas en mí. Les quería dedicar el gol por su esfuerzo»

18 Dec 2025. Actualizado a las 11:02 h.

Ocho temporadas después, el Dépor vuelve a poner un pie en los octavos de final de Copa del Rey. Y lo hace gracias a la impronta de la cantera. Con un gol made in Abegondo que culminó Noé Carrillo y en el que participó Bil Nsongo. El primero de ellos acababa de firmar, apenas unos minutos antes, su debut con el primer equipo. Con él ya son seis los fabrilistas por los que ha apostado, hasta el momento, Antonio Hidalgo. Y, gracias a él, el cuadro coruñés avanza de ronda. La irrupción es clara. La cantera pide paso. Y lo hace dejando huella.

Carrillo puso el broche de oro a un partido de rigor defensivo. Centro de Luismi, testarazo de Bil y el de Teo, con frialdad, caza el rechace. Trabajo hecho. Éxtasis antes del silencio. «Después del gol, no escuchaba ni al estadio ni a nadie. Corrí hacia la banda y me acordé de mis padres y mis abuelos... sobre todo de mi madre, que no pudo estar por trabajo. De pequeño me ayudaron mucho. Soy de Santiago, son muchas horas invertidas en mí. Le quería dedicar el gol por su esfuerzo». Ese que hicieron acompañándole desde bien pequeño, guiándole e inculcándole una ética de sacrificio y trabajo.

Así se ha ido cocinando Noé. A fuego lento. Desde infantiles, hasta el primer equipo. Destacando como un jugador polivalente y con una gran lectura del juego. Derrocha personalidad, y potencial. Más que suficiente para que ese chaval, de carácter tranquilo, haya irrumpido en el primer equipo después de que el Dépor le haya atado. Hasta el 2027.

«No puedo pedir más. Es un sueño. Debutar aquí, con gol... una felicidad tremenda», dijo poco después del pitido final. Todavía un poco nervioso. «Darle las gracias al míster por darme la oportunidad. Entré e intenté darlo todo», resumió. Vivió sus primeros pasos en Riazor de la mano de un amigo. Ese «fenómeno» que es Bil. «Es un chico muy alegre. En los entrenamientos da el cien por cien. Es una alegría compartirlo con él».

Sus actuaciones, al igual que las de Soriano y Luismi, corroboraron que los cambios funcionaron a la perfección. Al igual que la muestra de que, a Hidalgo, no le tiembla el pulso a la hora de contar con los más jóvenes. Con el futuro. Uno que asume responsabilidades y que no desaprovecha sus oportunidades. Esos Fabi, Samu, Pablo García, Damián Canedo, Bil, Noé. Y los que vendrán detrás de ellos, que no son pocos. Este martes le tocó brillar a uno. Pero lo hizo por y para todos.

Carrillo se ha convertido en una potencia de la generación del 2006 que tantas miradas y halagos acapara en los últimos años. Futuro, pero también realidad. Porque, en Riazor, ante todo un Primera, tuvo el premio a los más que cotidianos trayectos de ida y vuelva de Teo a Abegondo. El sacrificio y la perseverancia se han visto recompensados. Noé cumplirá 19 a finales de mes. Su sueño lo cumplió esta noche. Tocará buscar un nuevo desafío para soplar las velas.


Comentar