La Voz de Galicia

Primeros auxilios de manual

Torre de Marathón

Javier Pombo Prieto Traumatólogo especialista en medicina del deporte

La actuación de jugadores y médicos en el percance de Fernando Torres rozó la perfección

04 Mar 2017. Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que sucede un percance como el del jueves con Fernando Torres ni, por desgracia, será la última. En deportes en los que existe contacto, como el fútbol, el boxeo, el hockey, el baloncesto... es fácil que puedas encontrarte casos similares. A mí me ha tocado vivirlos en alguna ocasión y no son momentos agradables. Pero, lo fundamental, es mantener la serenidad. Y el jueves, en Riazor, se mantuvo. Se realizaron unas maniobras de primeros auxilios de manual. Desde los jugadores, inexpertos en estas lides, hasta los médicos, profesionales, todos actuaron como debían. Y el resultado fue una pronta recuperación de un Fernando Torres que ya tiene el alta médica en su poder.

Pero vayamos por partes. Cuando pasa algo así, lo primero que debemos hacer es comprobar la respiración, el pulso y el estado de consciencia. El resto llega después. Es secundario. En presencia de respiración y pulso, todo va bien. De lo contrario, hay que actuar con otro tipo de medidas. Las maniobras de primeros auxilios pasan por abrir una vía de aire. Se hace con una hiperextensión del cuello.

En Riazor vimos cómo Gabi le sacaba la lengua para que no se la tragara. Nunca está de más hacerlo, pero solo hay peligro de asfixia si en la caída se corta la lengua. Entonces puede tragársela. De lo contrario, no. Así que no era necesario, pero tampoco resultó perjudicial.

El siguiente paso que dieron los compañeros de Torres fue colocarlo en posición lateral de seguridad, con el fin de evitar cualquier vómito con el que el jugador pudiera haberse ahogado.

Al comprobarse la pérdida de consciencia, hubo que realizar también un rápido examen neurológico (escala de Glasgow). Es sencillo. Simplemente, controlar la presencia del reflejo fotomotor: subiendo y bajando el párpado observar que la pupila no permanezca dilatada (midriasis). Además, lo normal, si perdió el conocimiento, es que haya traumatismo craneoencefálico (con o sin lesión orgánica, que después se comprobará). Viendo que no hay sangre, lo lógico es inmovilizarlo con collarín.

En caso de parada respiratoria, se procedería a la colocación del tubo de Guedel para abrir una vía de aire. Si no hay reacción, el siguiente paso sería iniciar RCP (resucitación cardiopulmonar), consistente en 30 compresiones y 2 ventilaciones. De persistir, habría que utilizar el desfibrilador semiautomático.

El jueves, al no haber existido parada cardiorrespiratoria, no hicieron falta estas medidas y se prosiguió con el protocolo, en el que resulta vital el traslado urgente al centro hospitalario en ambulancia medicalizada para evitar secuelas y establecer el diagnóstico definitivo a la mayor brevedad posible. En el centro sanitario, se le realizaron las pruebas oportunas (TAC, resonancia…) y se le dejó en observación.

«Deseo toda la suerte del mundo al Deportivo y a su afición»

«Han venido varios compañeros del Deportivo a preocuparse por cómo estaba. Les deseo toda la suerte del mundo de aquí a final de temporada. Es un equipo especial para mí por la tierra en la que estamos. Esperemos que el próximo año nos veamos en Primera. Simplemente agradecer a todos, a mis compañeros del Atleti y el Dépor la reacción que tuvieron, a los aficionados también por su reacción y las muestras de apoyo. Son cosas que pasan». Con estas palabras quiso ayer Fernando Torres mostrar su gratitud tras abandonar el hospital en el que pasó la noche del jueves al viernes y en donde recibió la visita, entre otros, de Álex Bergantiños: «Ayer estuve con Álex, estaba preocupado, pero son cosas del fútbol y nos puede pasar a todos. Por suerte ha quedado todo en un susto».

El madrileño ya sufrió un episodio de pérdida de memoria y equilibrio en el 2011 con la selección

El del pasado jueves no fue el primer episodio de conmoción cerebral que sufrió Fernando Torres durante un partido. En agosto del 2011, el futbolista madrileño ya dio un susto en Italia, durante un encuentro amistoso de la selección española.

A los quince minutos del duelo, el futbolista empezó a encontrarse mal y tuvo que ser sustituido con una leve conmoción. Así lo recordaba él ayer: «Tuve un episodio parecido con la selección hace años, no recordaba nada durante las horas anteriores y posteriores, así que esta vez por suerte ha sido menos. Recuperé el conocimiento en la ambulancia y gracias a Dios ha sido poca cosa», indicó. En el 2011 no había recibido golpe ninguno y los primeros síntomas fueron una especie de mareos y pérdida de equilibrio, tal y como llegaron a percibir sus compañeros en el campo.

También Vicente del Bosque observó en aquel instante un comportamiento extraño: «Me preguntó si tenía que bajar a defender un córner, algo muy sorprendente, porque él tenía orden expresa de bajar siempre. Y lo hacía sin necesidad de consulta alguna. En ese instante, el médico (el estradense doctor Cota) habló con él e inmediatamente lo retiramos del campo», explicaba el seleccionador.

Una vez sustituido, el entonces futbolista del Chelsea fue trasladado a un centro hospitalario en donde se le realizaron diferentes pruebas que mostraron que no tenía daño alguno, con lo que aquel episodio quedó en un simple susto, del que nunca se supo el motivo.

Casi siete años después, Fernando Torres volvió a ser protagonista de un incidente con pérdida de memoria, aunque en esta ocasión fruto de un golpe recibido en un encontronazo con el deportivista Álex Bergantiños. Dos episodios preocupantes para un futbolista que durante todo el día de ayer recibió numerosas muestras de cariño tanto de profesionales del mundo del fútbol como de aficionados de todo el mundo.


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