Maldita puesta en escena
Torre de Marathón
29 Jan 2017. Actualizado a las 05:00 h.
Otra mala puesta en escena, y van... Cierto, el Dépor tuvo tiempo para arreglar el desaguisado, disfruto -y desperdició- unas cuantas ocasiones, puede incluso quejarse por un grave error arbitral, que le birló un penalti sobre Çolak con 2-1..., pero prolongó una semana más su mala racha a domicilio, se volvió de vacío por su mal arranque, por un cuarto de hora en el que atrás estuvo displicente y blandito, contemplativo y poco agresivo sin balón. Demasiada ventaja para un Eibar que si por alguna virtud se distingue es por saber aprovechar, por leve que sea, cada error rival, por escarbar en las ventajas que le concede un Ipurua en el que sus jugadores se mueven como en el salón de su casa. A remolque desde el cuarto de hora inicial, al Dépor tuvo arrestos para responder con entereza a un 2-0 que en Ipurúa acostumbra a ser definitivo.
Acortó distancias y avasalló durante el inicio de la segunda parte; mereció con creces un empate que se esfumó poco a poco entre los puños de Yoel, la puntería y el difícilmente explicable error arbitral. Un mal despeje -otro- condenó definitivamente al Dépor a mantener el retrovisor puesto en los puestos de cola, por más que las sensaciones sean mejores que la clasificación o que el deportivismo haya descubierto que tiene mimbres para cimentar un proyecto bastante más ambicioso que el de luchar por eludir el descenso.