El cáncer se lleva a George Harrison
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«Amad a los demás» fue el último deseo del guitarrista de los Beatles antes de su fallecimiento en Los Angeles «Es como si hubiera perdido a mi hermano pequeño». De esta manera recogía Paul McCartney la muerte de su ex-compañero de grupo acaecida a primera hora de la madrugada de ayer en Los Angeles. Los últimos cinco años de la vida de Harrison fueron un batallar constante contra el cáncer, que se vio agravado cuando en 1999 fue apuñalado diez veces por un desconocido que penetró en su mansión inglesa. Harrison fue el guitarrista de los Beatles y siempre fue considerado como el «Beatle silencioso», a la sombra de McCartney y Lennon. Sin embargo Harrison fue el elemento que unió al grupo durante su existencia.
30 Nov 2001. Actualizado a las 06:00 h.
«Harrison murió a los 58 años de edad en paz y rodeado de su mujer Olivia y su hijo Dhani de 24 años, murió con un pensamiento «amad a los demás», indicaba el comunicado leído por el amigo del músico, Gavin De Becker. La muerte le sobrevino tras una larga batalla contra el cáncer, en concreto desde que hace cinco años le diagnosticaran un tumor maligno en la garganta, «por todos los años que he fumado sin descanso», indicó Harrison en aquél momento. Su familia emitió un comunicado con el anuncio de su fallecimiento en el que decían que «dejó este mundo de la manera en la que vivió en él, consciente de Dios, sin miedo a la muerte y en paz, rodeado de su famlia y amigos.» Conmoción en Inglaterra La noticia llegó a su país natal, Inglaterra, a primera hora de la mañana de ayer y el día, brumoso y triste, parecía acompañar el sentimiento de varias generaciones que crecieron con la música de Harrison. En los estudios de Abbey Road, en Londres, donde los Beatles grabaron la mayoría de sus discos, se amontonaron desde primera hora de la mañana fans para escribir en las paredes que rodean los estudios sus sentimientos de dolor. Durante el Cambio de la Guardia en Buckingham Palace también se rindió homenaje a Harrison cuando la banda de música, Coldstream Guards, entonó temas de los Beatles. Pero quizá donde más se dejó sentir la muerte de Harrison fue en su ciudad natal, Liverpool. Allí desde la mañana las emisoras de radio interrumpieron su programación normal para ofrecer durante todo el día música de los Beatles y de Harrison, las banderas de los edificios oficiales ondearon a media asta y el Ayuntamiento de la ciudad abrió un libro de pésames a disposición de la población. En La Cueva, el bar donde dieron sus primeros conciertos la banda de rock, se acercaron en peregrinaje los seguidores, así como a la escultura levantada en su honor.