La Voz de Galicia

El hombre bala que recorre Galicia: «Tengo miedo, pero también hambre»

Sociedad

Xosé Carreira lugo / la voz

John Taylor continúa la saga familiar para ser lanzado desde un cañón a 100 kilómetros por hora

28 Mar 2018. Actualizado a las 10:18 h.

Parecía que ya formaba parte de la historia, pero no. Vuelve el hombre bala. Estos días anda de gira por Galicia. Y no es uno solo, son dos: padre e hijo. El primero ya no participa en el espectáculo. Le cedió el cañón familiar a su hijo, llamado artísticamente John Taylor y este, de 25 años, es una de las estrellas del Circo Coliseo. Luis Muñoz, el padre del actual hombre bala, tiene una completa historia. Como quien dice, vivió toda su vida en el cañón y volando. Su familia es de circo y casi tomaba el biberón en la cuerda floja. Su hermano Henry, al que incineraron en febrero en Valladolid, fue otro de los destacados hombres bala.

Ahora es el hijo de Luis el que cogió el relevo. «Yo no hago nada... ¡Es genético!», bromea el joven John Taylor en la pista del Coliseo. «¿Sabes cuántos años tiene el cañón? Ochenta y nueve. Fue de mi abuelo, pasó a mi tío Cristóbal; después, a Henry, otro tío mío y, luego, a mi padre. Ahora está en mis manos», explica antes de una función.

«El cañón no para. Yo nací en él, porque toda mi familia se dedicó a «volar» desde hace varias generaciones. En España somos nosotros los únicos que ejercemos esta profesión que ya va extinguiéndose. Cada vez quedan menos hombres bala en el mundo. Seguro que el que muchos gallegos pudieron ver hace cuarenta o cincuenta años en la pista del Circo Price fue mi tío Cristóbal con el mismo cañón», destaca.

No hay duda de que el espectáculo consigue atraer la atención del público. El presentador genera ya con los preparativos una máxima expectación. Llega el esperado momento y el pequeño pero musculoso rapaz sale volando a cien por hora y aterriza en una red. Ese viaje se produce en un abrir y cerrar de ojos. El público se queda con ganas de más. «Sí, es posible, pero yo no puedo volar por encima del escenario, a pesar de que mi tío Cristóbal hizo de Supermán en alguna ocasión», advierte Taylor.

«No hay muchos secretos»

El joven artista no quiere descubrir los secretos del cañón. «Los intríngulis no se cuentan, pero soy sincero: no hay mucho secreto. Una plataforma interior te impulsa a volar a cien por hora. No hay trucos, ni cables. No hay engaño. El impacto que recibo para salir es muy fuerte. Uno de mis tíos siempre decía que para salir recibes en el cuerpo cuatro veces más presión de lo normal. Es necesaria mucha preparación para tener listo el cuerpo para el impacto. De hecho, mi padre tiene muchísimos problemas de espalda», relató John Taylor.

No duda de que es candidato a pegarse una buena «galleta», pero confía en mantener buena relación con el riesgo. De hecho hizo de extra para sacarles las castañas del fuego a algunos actores en muchas películas, como es el caso de Tom Cruise o Bruce Willis. Al preguntarle por la posibilidad de darse un batacazo contesta con un «¡Mamma mía!» y luego informa: «Mi padre se rompió muchos huesos; mi tío Cristóbal, pegó con una pierna en un cable que no se veía, cayó al suelo y acabó con dientes postizos... Pero ¡Vive! Otros hombres bala se pasaron de la red y alguno murió». La pregunta es inevitable: ¿Y usted no tiene miedo?. «Sí, pero también tengo hambre. No tengo opciones», dice sonriendo.


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