Los orfebres se reivindican: «Este é un oficio que engancha, é de por vida»

La praza de Cervantes acogió ayer, por tercera vez este verano, un taller de la asociación Ourives de Compostela. Decenas de turistas se detuvieron por la mañana a observar cómo el orfebre Manolo Tojo y el azabachero Javier Marqués trabajaban sobre el escenario. Por la tarde fue el turno de los artesanos Adonis Suárez y Ricardo Rivas.

Tojo, que aprovecha un descanso para fumar, lleva más de medio siglo en la profesión. No cree que esté bien considerada: «Teño compañeiros que non poden pagar aos autónomos. Se estivéramos nun país como Inglaterra ou Alemaña, estaríamos moito máis valorados, pero aquí nunca lles deron importancia aos artesáns», lamenta.

Tanto él como Marqués, que a veces colabora en su taller de Cima da Eira (Vite), apoyan la iniciativa de Ourives de Compostela, que pretende rejuvenecer una profesión marcada por la avanzada edad de sus artesanos: «Dislle a unha persoa que bota tres ou catro horas para facer un par de pendentes que lle vas pagar quince ou vinte euros, e vaite dicir que non», cuenta Tojo.

Sobre el escenario, Marqués emplea unas herramientas que él mismo fabricó para tallar unas figas de azabache. Ambos muestran una habilidad adquirida en miles de horas en el taller. Cuando empezaron, solo apomazaban, lijaban y pulían. «Y mucha escoba», añade Tojo mientras trabaja en unos pendientes de plata.

Marqués, aún con restos de azabache en el rostro, indica que ya está en edad de jubilarse, pero que «esta é unha profesión que non se deixa. É un oficio que engancha, de por vida». Es uno de los tallistas más antiguos de la ciudad.

Por su parte, el presidente de Ourives Compostela, Arturo Ouro, quiere que los talleres se repitan cada año para que tanto los paseantes locales como los turistas conozcan la milenaria profesión. Uno de los objetivos del plan estratégico de la asociación es lograr la integración de las nuevas generaciones. El alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, destacó el valor cultural y económico de la artesanía compostelana: «Moitas veces buscamos oportunidades de emprego en cousas que nos parecen moito máis modernas, pero calquera artesán que estea aquí gáñase moi dignamente a vida», concluyó.