«One Man Armies»
Ocio@
En el mercado hay cabida para todo tipo de negocios, grandes y pequeños. En informática, también
24 Aug 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Los medios de comunicación nos dan tanto la TABARRACA con el modelo de crecimiento exponencial y el go big or go home de los fondos de capital-riesgo que parece el único factible en la industria tecnológica. No es así.
Entre los proveedores de servicios informáticos se pueden encontrar pequeñas boutiques de desarrollo o incluso freelancers que trabajan de forma autónoma, pero cuando se trata de desarrollar un producto digital —software que solucione, al mismo tiempo, una necesidad de múltiples clientes— parece que la única estructura viable es la startup hiperacelerada que solo puede desembocar en un éxito superlativo o en el cierre estrepitoso, sin término medio.
Sin embargo, muchas compañías de producto son altamente rentables contando solo con un pequeño equipo. Algunas, incluso con un único empleado y fundador. Los one-man armies o «ejércitos de un solo hombre».
Lo difícil no es encontrar algún ejemplo, sino seleccionar los más representativos de los cientos que podemos encontrar: Imgur, ConvertKit, Comalatech, park.io, Instapaper, Pinboard... para descubrirlos, solo hay que mirar más allá de los «fuegos artificiales» del modelo Silicon Valley.
Algunos de mis one-man armies favoritos son:
- Balsamiq, mi herramienta de cabecera para diseñar wireframes. Desarrollada en 2008 por Giacomo “Peldi” Guilizzoni. En 6 semanas ya había facturado 10.000 dólares y, en 2011, alcanzó los 5 millones. No está mal.
- SlidesCarnival, side project de mi amiga Jimena Catalina —un repositorio de plantillas gratuitas de Google Slides y Powerpoint— que en dos años ya generaba 5.500 euros al mes en publicidad y actualmente sobrepasa los 20.000 euros.
- Sublime Text. A veces parece que antes de VS Code «todo esto era campo», pero en noviembre de 2007, Jon Skinner dejó su trabajo en Google para perseguir su sueño de construir un editor de texto ultraeficiente, pero también agradable de usar. Lo consiguió.
- SQLite fue creada por Richard Hipp en el año 2000 mientras trabajaba como freelance para una consultora. 22 años después, la base de datos más usada del mundo —entre otras cosas, porque está incluida en cada navegador Chrome y cada móvil, Apple o Android— es explotada comercialmente una compañía donde solo trabajan Hipp y su esposa. Solamente con los sponsors principales del proyecto, facturan más de 500.000$/año.
- Minecraft. El videojuego más vendido de la historia fue creado por una única persona, Markus Persson. En 2009 lanzó la primera versión del juego mientras seguía trabajando como programador. En 2010, viendo el éxito que estaba teniendo, se atrevió a reducir su jornada al 40%, hasta que se vio «obligado» a dedicarse al título a tiempo completo y contratar más programadores para que le ayudaran. En 2011, ya tenía unos ingresos de 23 millones de dólares. Para 2014, era el videojuego más vendido de la Historia y Microsoft lo compró por 2.500 millones de dólares.
Y es que, aunque casi nunca salgan en los titulares, los one man armies también se compran y se venden. Hay sitios especializados —como Microacquire, donde se venden proyectos desde 500 dólares hasta 115 millones—, pero la mayoría de las operaciones siguen realizándose «bajo el mostrador» y, aunque no suelen ser muy elevadas, antes de despreciarlas más de uno debería echar números. El fundador de una startup «de libro» tendría que vender por un precio 2,5 veces más alto que el de un one man army para recibir el mismo cheque. Si consigue venderla, claro.
«Yo lo único que quiero es seguir por mi cuenta, mantener mi calidad de vida, trabajar tranquilamente solo por las mañanas y jugar con mi hijo por las tardes sabiendo que tengo un colchón económico»
No es que los one man armies tengan más probabilidades de éxito que las startups tradicionales, sino que son los fundadores —no los inversores— los que definen qué es «éxito». Para un inversor, un side project que genere 5.000 jeroclos al mes no tiene sentido, pero a Jose Francisco, si le paga la hipoteca el coche y las vacaciones, la parecerá una triunfada. A Jose Francisco, a mí y, muy probablemente, también a tí.
No hay formulas secretas para conseguirlo, pero una constante de los one man armies más exitosos es que sus desarrolladores suelen utilizar un stack tecnológico «con sentidiño» para centrarse en resolver un problema de negocio concreto. Cuando aun no tenemos ni un solo cliente, a lo mejor tiene más sentido desplegar primero en un droplet de Digital Ocean antes de montar un cluster de Kubernetes en Amazon Web Services o usar un tema de WordPress —como Jimena Catalina— en vez de desarrollar una web desde cero.
La democratización de la tecnología permite que los one man armies sean cada vez más frecuentes y, también, cada vez más necesarios. En una industria tecnológica dominada por las grandes corporaciones, son necesarios referentes más diversos.
¿Os imagináis que en las calles de nuestras ciudades solo tuvieran cabida franquicias como McDonalds o Starbucks? No tienen nada de malo, es bueno tenerlos disponibles, pero sería terrible que fueran nuestra única opción a la hora de tomar algo.
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¿Cómo ha evolucionado el rol? ¿Qué necesita el CFO del siglo XXI? Los amigos de Pleo han entrevistado a varios financieros para crear una radiografía sobre los principales retos para esta posición.
Este texto se publicó originalmente en la Bonilista, la lista de correo de noticias tecnológicas relevantes para personas importantes. Si desea suscribirse y leerlo antes que nadie, puede hacerlo aquí ¡es bastante gratis!