Ocho pisos de lujo darán lustre a una Ferrería que renueva su fachada

La rehabilitación del último edificio en obras de A Ferrería le devolverá a la plaza ese carácter histórico de principios de siglo XX, cuando en ella latía el corazón de la ciudad con un mercado de ganado que acabó desapareciendo para convertir ese espacio en el centro de la vida social de Pontevedra. La familia propietaria de este inmueble que tiene fachada a la plaza y a la calle San Sebastián ha confiado al arquitecto Mauro Lomba la recuperación de ocho viviendas de lujo en un edificio histórico. El número 9 de A Ferrería se levanta junto al número 8, reformado hace más de una década por César Portela y Enrique Barreiro. Ese proyecto de rehabilitación contribuyó a revalorizar uno de los espacios más emblemáticos del centro histórico con la puesta en el mercado de viviendas de lujo que fusionaron lo contemporáneo con los valores originales y reportó a la inmobiliaria Pirsa el premio Aproin 2007 como Edificio Gallego 10.

Ambos edificios tienen un nivel de protección estructural, según el Plan Especial de Protección, reforma Interior e Conservación do Conxunto Histórico Artístico (Peprica) que entró en vigor en el 2003. Esa clasificación de estructural es para todos los edificios que «poseen notables calidades arquitectónicas y urbanas de gran valor o rareza». Es el caso del edificio al que Mauro Lomba le devolverá el esplendor de sus primeros años. Dice el arquitecto que las viviendas son como una especie de ser vivo. «Lo más importante siempre es que nos devuelva la felicidad a través de aspectos sensoriales, como la textura, los olores, la acústica, que despierte en ti todos los sentidos», explica.

Ese viaje sensorial lo busca para las viviendas nuevas, pero también para las que volverán a tener esa vida, como ocurrirá ahora con estos pisos de A Ferrería. Pero, ¿cómo es el proceso para recuperarlo? «El edificio presenta unas necesidades de accesibilidad que solucionaremos con un ascensor al que se accederá por la calle San Sebastián, nueva carpintería e instalaciones», explica el arquitecto, que describe el edificio desde sus pies, donde cuatro arcos de medio punto son la seña de identidad de un edificio, levantado sobre edificaciones del siglo XVI. «Las pilastras marcan la verticalidad, dispone de cuatro balcones por planta con unas cristaleras a las que se le recuperará unas vidrieras en la parte superior», explica Lomba, que supone que por la influencia del Arte Decó en los años veinte y la forma de los ventanales, es posible que los cristales tuviesen colores para dar esa calidez «en los fríos inviernos de Galicia».

Será uno de los grandes atractivos de unos trabajos que tienen un tiempo de ejecución de año y medio. Las obras comenzaron en junio del 2021. «La fachada de A Ferrería quedará compositivamente igual, pero en la que da a la calle San Sebastián estudiamos dos tonalidades de grises pastel que resalten los forjados, quedará rehabilitado y pintado», explica. La vivienda tiene dos puertas de acceso desde A Ferrería con dos tiros de escaleras distintos para dar acceso de forma independiente a las dos viviendas que hay por planta. Eso ha provocado que no se pueda poner el ascensor por la fachada principal y se habilite por la calle San Sebastián, donde se generará una nueva puerta de acceso.

Una vez concluidas las obras, el valor de sus viviendas será difícil de calcular porque cuando se habla de recuperaciones de inmuebles en al zona monumental «tienen un valor objetivo y otro subjetivo». «El coste de la vivienda es el de mercado, como cualquier otro piso, pero los inmuebles bien rehabilitados tiene otro valor difícil de cuantificar, que es el que es el valor que le quiere dar su propietario», comenta el arquitecto encargado de la rehabilitación.