Moreira, portavoz de la Xunta
Pontevedra
El anuncio de la Xunta del ARI del centro a través de él crispa al Concello
07 Oct 2012. Actualizado a las 06:52 h.
Jacobo Moreira, el portavoz municipal del PP en el Concello, va camino de serlo también de la Xunta. Desde Santiago, los populares insisten en la estrategia de apuntalar al líder local haciéndolo una especie de interlocutor privilegiado entre Xunta y Ayuntamiento. Los populares hacen un cálculo político en el que esa imagen suma. Aunque no siempre haya sido así.
El pasado viernes, el PP insistió en este movimiento. El conselleiro Agustín Hernández anunció con más de una hora de antelación a Moreira sobre el Ayuntamiento que Pontevedra contará con un plan (ARI) que permitirá a los vecinos del casco histórico acceder hasta a 23 millones en ayudas para la rehabilitación de viviendas.
Pero la situación recuerda a la pregunta que hizo estallar el debate político local en mayo. Entonces, la mediación de Moreira llegó desde el Parlamento de Galicia, donde el edil en la corporación es diputado. Jacobo Moreira estrenó su nueva condición de líder de la oposición en Pontevedra llevando al Parlamento una pregunta sobre el puente de As Correntes.
El gobierno local intentó entonces mostrar a Moreira como un político desleal con la ciudad, porque la respuesta que le dio -entonces también- el conselleiro Agustín Hernández suponía que las arcas del Concello de Pontevedra se quedaban sin un millón de euros, al haber expirado, según se dijo en sede parlamentaria, el convenio entre Ayuntamiento y Xunta para sufragar el puente.
Pero aquella batalla no la ganó el PP. El propio conselleiro enmendó la situación que había creado con su respuesta en O Hórreo habilitando después una fórmula que permitiese pagar aquel millón de euros. Y así ha sido. Esta misma semana la Xunta dio cuenta al Concello de que pagará este año medio millón y el resto el que viene. Ahora se anuncia vía portavoz en la oposición una lluvia de millones con el ARI. El PP lo sitúa en el haber de Moreira, pero el Concello está dispuesto a hacerle perder, otra vez, la batalla.
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