Las inversiones de la Xunta sitúan al Pontevedra en Tercera División
Pontevedra
Compostela y Racing de Ferrol, los dos equipos gallegos de Segunda, obtuvieron financiación para un estadio nuevo antes de alcanzar la categoría de plata
02 Nov 2002. Actualizado a las 06:00 h.
¿Cree la Xunta de Galicia en la posibilidad de que el Pontevedra ascienda a Segunda División? En las últimas fechas se ha aclarado al fin qué pasara con la posibilidad de edificar un nuevo estadio en la ciudad, y lo que se ha sabido es que no ocurrirá nada. La administración autonómica, junto con la Diputación Provincial, pondrá 2.400.000 euros (400 millones de pesetas) para reformar el vetusto Pasarón. La cantidad se deberá completar con aportaciones del Concello, y contrasta con la lluvia de inversiones que cayó sobre Santiago y Ferrol hace un decenio, cuando los equipos de estas dos ciudades intentaban, como ahora los granates, alcanzar la categoría de plata del fútbol estatal. Mientras el Racing de Ferrol celebraba su ascenso de Tercera División a Segunda B, en A Malata, junto al mar, se ponía la última piedra de un estadio que había costado 11 millones de euros (1.800 millones de pesetas). El equipo verde ascendió poco después a Segunda División. En Santiago, el Compostela daba sus primeros pasos en la división de plata mientras se erigía en el barrio de San Lázaro la enorme mole elíptica del Multiusos -los hinchas le llaman el platillo volante -, 18 millones de euros de hormigón aportados fundamentalmente por la Xunta, en colaboración con el Concello y aprovechando fondos europeos. En Primera Proyectos y realidades se palpan en los equipos gallegos de mayor categoría. En Vigo, el Celta sigue barajando diversas opciones para reformar su estadio. El club celeste pretende financiar el nuevo Balaídos con la venta de locales de un centro comercial adosado al campo, y el proyecto está pendiente de la reforma del Plan Xeral de Ordenación Urbana. La Xunta ha prometido ayudas, pero no ha adelantado cantidades. En cuanto al campo municipal de Riazor, en A Coruña, la última gran reforma data de 1996, y fue la mayor transformación sufrida por el estadio. El Concello pagó íntegramente 2.000 millones para ampliar las bancadas, cerrar el perímetro del estadio y cubrir los graderíos. Mientras todo esto sucedía, los hinchas del Pontevedra, el único equipo gallego que, con Celta, Deportivo y Compos, ha estado en Primera, podían contemplar cómo su estadio se deterioraba a ojos vista. De los muros exteriores, mugrientos y cubiertos de musgo, empezaron a caer cascotes. La cubierta de las gradas comenzó a rechinar, comida por el óxido. El marcador, una especie de teatrillo de títeres de funcionamiento manual, fue bautizado por los hinchas con el irónico nombre de o simultáneo . Cerca de dos mil personas se acercan a Pasarón en la peor de las tardes, cuando el rival es un desconocido o el Pontevedra realiza una temporada desastrosa. Pero superan los 5.000 cada día de fútbol ahora que, después de un cuarto de siglo, los granates empiezan a pensar en el ascenso a Segunda, aunque su estadio, por aspecto y por inversión, sigue siendo de Tercera División. Información elaborada en colaboración con las delegaciones de Ferrol, Santiago, Ourense, Lugo, Vigo y A Coruña.