La Voz de Galicia

El Liceo de Ourense recuerda a Pepe Fernández, un jefe médico con un liderazgo de valores

Ourense ciudad

Maite Rodríguez ourense / la voz
Homenaje del Liceo al doctor José Fernández, en el ciclo Recordando a...

Fue presidente de la institución liceísta, de la Academia Médico Quirúrgica y un profesional querido por su humanismo y empatía con los pacientes del hospital Santa María Nai

23 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

El doctor José Fernández Rodríguez (La Habana 1923-Ourense 2020) dejó una profunda huella en la sociedad ourensana por su labor profesional y su humanidad. Se pudo comprobar anoche en el Liceo de Ourense, cuyo salón noble se llenó para rendir un cálido y emotivo homenaje póstumo a Pepe Fernández, un médico que cumplió su sueño de poner en marcha un servicio hospitalario en el Santa María Nai regido por la atención profesional, respetuosa y humana, a los pacientes. Su faceta como liceísta la recordó Armando González, quien también lo tuvo como jefe de servicio de Medicina Interna en el hospital provincial. Era un gran tertuliano y todos los días acudía al Liceo, entidad de la que fue presidente entre 1971 y 1976. Acabó con el veto de dejar fuera a quienes solicitaban entrar en la sociedad si les tocaba una bola negra en lugar de una blanca. Amplió el edificio con una planta, dotándolo de más espacios, y lo llenó de obras de Os Artistiñas.

Manuel de Toro se centró en su etapa profesional como médico. «Todo lo impregnaba de una carga humana», comenzó. De Toro contó que Pepe Fernández tenía el sueño de trabajar en el medio hospitalario, creando un equipo con el que aprender y al que enseñar cada día. Habló de que contaba con 80.000 historias clínicas y realizaba un trabajo diagnóstico de gran calidad en su consulta. Entonces, al hospital Nai iban los pacientes de la beneficencia y a todos los atendía con «profesionalidad, con empatía y respeto». Fomentó el espíritu del Nai, de convivencia entre los profesionales, con un liderazgo basado en valores como la generosidad y la honestidad. Rechazó los cargos públicos que le ofrecieron, enfatizó De Toro, salvo el de presidir la Academia Médico Quirúrgica.

Su hijo Javier habló de su faceta familiar. Trabajaba muchísimo, no tenía vacaciones y pasaba el día en la consulta. «Tenía el don de una gran inteligencia que empleó para hacer el bien», dijo. Su nieta Ana recordó que su abuelo lo sabía todo y hacía sentir bien a quien estaba a su lado.


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