La Voz de Galicia

El tiempo libre no incrementa la venta de libros

Ourense

CARLA DELGADO, R.N. OURENSE lIBRERÍAS y biblioteca pública

La compra de ejemplares en las vacaciones estivales se equipara a las cifras de invierno

20 Jul 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Las largas jornadas de ocio que ofrece el verano son una buena ocasión para sumergirse en la lectura, tumbarse a la sombra y descansar. No obstante, parece que este hábito no se ha visto generalizado en la capital ourensana, al menos en lo que se refiere a la adquisición de libros, que se mantiene en las librerías, y a su préstamo, que se reduce en la Biblioteca Pública Nodal. En el año 2015 se registraron 6.800 cesiones mensuales a domicilio, en cada uno de los meses de julio y agosto, siendo la media del resto del año de más de 8.500 préstamos, según los datos cedidos por la Biblioteca Pública de Ourense. «El volumen de gente que acude al recinto se mantiene. En verano no se solicitan tantas películas como en invierno», comentan los responsables del edificio público.

Con respecto a las librerías, los clientes se dividen en dos grupos: adultos y niños. Los más mayores se decantan por los libros de bolsillo debido a su fácil portabilidad y reducido tamaño y la novela adulta. Esta tendencia a comprar las ediciones de tapa blanda también comienza a extenderse al resto del año. «Los libros de bolsillo se venden todo el año porque la gente va a lo barato», afirma la dependienta de la librería Tanco, Leticia Bujía.

En verano, los habitantes de la ciudad de As Burgas tratan de evitar el calor refugiándose en zonas de costa o en los diversos pueblos de la provincia lo que provoca que la obtención de ejemplares se inmovilice, notándose sobre todo en los barrios. «No hay mucho cliente habitual porque se van a la playa o al pueblo», comenta el dueño de la librería Ervedelo, Víctor Rodríguez.

El otro grupo que cobra más protagonismo en el consumo de libros durante esta época estival es el de los más pequeños de la casa. La ausencia de obligaciones escolares ofrece a los niños la posiblidad de entretenerse con la lectura dentro y fuera del hogar.

Los clásicos cuadernillos de vacaciones merman su auge y funcionan según la petición de los profesores o de los suspensos reflejados en el boletín de notas a final de curso. La adquisición de estos tradicionales pasatiempos veraniegos tiene una breve duración, según aclara el dependiente de La Librería, Alberto Estévez: «Las actividades de verano se venden, sobre todo, de junio hasta primeros de agosto».

Algunos padres consideran estos ejemplares una carga de trabajo innecesaria para sus hijos por lo que la otra alternativa infantil es la literatura adecuada a su edad. «Lo que más se vende para niños son los libros de aventuras», comenta la dueña de la librería Nautilus, Belén Fernández.

Las librerías de la capital de la provincia termal coinciden en que el volumen de clientes es semejante a lo largo de las cuatro estaciones del año, pudiendo reducirse algo en verano debido al descenso de población que padece Ourense en esta época.

La Federación de Gremios de Editores de España presentó en su informe publicado en junio de 2016 que el sector editorial creció un 2,8%, en 2015, impulsado por el libro de texto y la novela con respecto al año anterior.

Los libros de texto son el impulso comercial que experimentan estos establecimientos, siendo pocas las ventas y muchas las reservas, ya hechas, para septiembre.


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