La Voz de Galicia

Los intentos de huir delataron al chapero rumano tras el crimen

Ourense

m. rodríguez ourense / la voz

La Policía Nacional lo buscaba desde medianoche por robo y atentado

09 Oct 2013. Actualizado a las 07:30 h.

La detención del joven chapero rumano Alexandru Marius L., en prisión como presunto autor del homicidio del farmacéutico de 72 años Tomás Milia, en las inmediaciones del lugar del crimen no fue casual, pero casi. Se tuvo que dar una concatenación de hechos hasta que fue arrestado por su relación con el crimen. En un último intento de escapar, el sospechoso echó a uno de los agentes de la Policía Nacional que lo perseguían una bolsa con ropa de cama y toallas ensangrentada, una prueba clave para detenerlo por el más grave de la serie de delitos que cometió en una noche en la que Alexandru dio el salto de ser un conocido ratero a un presunto criminal.

El nerviosismo con el que actuó el presunto homicida, al que la policía conocía por su implicación en hurtos en zonas de ocio, le delató ya poco después de la medianoche del viernes, cuando fue identificado en la calle Curros Enríquez, a la altura del portal número 4, por un agente de la unidad nocturna de la Policía Nacional conocida como Centauros. Entonces solo llevaba las llaves de su coche encima y lo dejaron ir, pero siguiéndole discretamente. La primera evidencia de que podía estar implicado en algo más serio que un hurto llegó poco después. Cuando se le requirió para bajarse del coche por que se lo iban a registrar, hizo caso omiso. Mientras un agente abría el maletero y allí encontraba una caja con seis relojes de bolsillo de distintas marcas, el joven dio marcha atrás con intención de arrancar y lastimó a uno de los funcionarios. Otro policía que se puso delante del coche se apartó para no ser atropellado. De este hecho procede su imputación por atentado a la autoridad.

Conducción nerviosa

Alexandru huyó con el maletero de su Seat Toledo abierto. La Policía Local avisó a la Nacional de que habían visto al vehículo implicado en el choque con una señal de tráfico. La colaboración de la Policía Local permitió saber que el joven había dejado el coche y escapado a pie primero hacia el seminario y después hacia O Couto. La grúa municipal se llevó su vehículo a las dependencias policiales. Los agentes de las dos fuerzas de seguridad desplegadas la noche del sábado en la ciudad prosiguieron, sin éxito, la búsqueda del sospechoso hasta que a las cinco y media, los municipales supieron que un taxista de la parada del parque de San Lázaro lo había recogido por el jardín del Posío y tras pasar por O Viso regresó al centro.

Eran ya las cinco y media de la madrugada y el crimen que había ocurrido en el piso de la calle Curros Enríquez estaba a punto de ser descubierto. Los policías nacionales lo buscaban a pie y en coche. Lo vieron pasar corriendo con dos bolsas en la mano (en una llevaba cuatro cuchillos y en otra la ropa manchada de sangre), forcejeó con el policía que lo intentó capturar y siguió corriendo hacia Curros Enríquez, donde casualmente apareció un policía local que bloqueó su paso y ayudó a reducirlo mientras los agentes nacionales lo esposaban.

Mientras el detenido estaba abajo, en la calle, se confirmó que el incendio declarado en el 5º A de la calle Curros Enríquez había sido provocado y que se había encontrado un cuerpo con signos de violencia. Alexandru, de 19 años, se fue a comisaría detenido ya como presunto autor del homicidio, incendio, robo y atentado.


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