Un clamor en O Carballiño

Hay cánticos inevitables en cualquier manifestación. El «non nos mire, únete» es uno de los clásicos. Ayer, en O Carballiño, también se pudo oír, aunque sentido, lo que se dice sentido, tenía muy poco. Se contaban los espectadores. La participación en la manifestación contra la incineradora de O Irixo llenó las calles de la villa. Había salido de la praza Maior y un cuarto de hora después todavía no se había completado el desalojo. Hacía falta medio kilómetro de calle para todos los manifestaciones, según los cálculos de la Policía Local. No hubo banderas partidistas. El compacto grupo socialista formado en torno a Pachi Vázquez se hacía más visible, si cabe, por la ausencia de líderes nacionalistas, que a la misma hora discutían su futuro a decenas de kilómetros. Sindicalistas como Ana Barrios y Etelvino Blanco, asistentes a la manifestación, seguramente pensarían en el eco de otras convocatorias en la capital.