El pazo de Barbeirón

Este pazo tiene planta rectangular con cuatro fachadas, tres muy parecidas y una principal. Dispone dos pisos y un cuerpo abuhardillado con cuatro mansardas correspondientes a las cuatro fachadas del edificio, lo que le aporta un cierto aire afrancesado. La fachada principal está orientada al sur y ocupada por una sencilla galería de madera sostenida en los extremos por pequeñas ménsulas y en el centro por un pilar octogonal en la planta primera. En el piso bajo está la puerta de entrada y a ambos lados de la misma hay dos cuerpos enmarcados por machones listos donde se abren dos ventanas de balcón o puertas de aire con barandillas de hierro. En el centro de la fachada oeste están labrados en piedra los escudos de armas de los Quiroga, Somoza, Losada y Bermúdez. En la cubierta, junto con el alero y las mansardas características hay una enorme chimenea de corte transversal que en su mitad presenta dos gárgolas o desagües de caño y remata con una cornisa con acróteras de pirámide y bola. En conjunto, la casa está bien conservada pero al encontrarse deshabitada el deterioro crece de una manera alarmante demandando soluciones de forma urgente. Parece ser que la primera dueña de este pazo fue Francisca Losada, de la Casa y Pazo de Freiría, en la feligresía de San Xoan de Barrio. La última dueña de esta noble casona -según Teresa Rivera- fue Elvira Mosquera Arias que falleció en 1952. A su muerte la casa quedó en usufructo para Dolores González Álvarez. Posteriormente, por testamento, pasó a los Padres Salesianos con el compromiso de crear en sus instalaciones una fundación benéfico-docente. Fundación que, parece ser, dicha congregación religiosa no está dispuesta a poner en marcha por lo que actualmente la situación jurídica de tan señorial pazo sigue pendiente de resolver.