La Voz de Galicia

Castillos en el aire

Opinión

Xosé Ameixeiras

26 Aug 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Bristol es una ciudad que lleva siglos hablando con el mar y abriendo fronteras por el mundo. Si uno se deja perder por sus calles puede llegar al consistorio, un edificio georgiano con un estanque a sus pies en el que las palomas sacian su sed. Enfrente, alguien ha colocado una muestra humilde: Los zapatos silenciados. Fueron de alguien alguna vez, escribe el autor en un papel sobre un trozo de tabla. «Ahora esperan callados», pone. Cada par representa una voz, una vida perdida, desplazada, despedida o un alma que sufre injusticia. Algunos fueron de quien se perdió en la guerra o en la pobreza. Los hay que representan a quien presta servicio como enfermero y sufre la ira del asistido, o médico que es agredido porque no puede hacer milagros, o las cuidadoras asesinadas y maltratadas cuando se ocupan de gente ya vencida por la edad y la vida. También tripulantes de barcos que rescatan a personas desvalidas en medio del océano. O bomberos. O policías que se levantan cada mañana para cumplir con la ley. Todos los que en vez de recibir el reconocimiento hallan quemaduras, incomprensión, traiciones y descuidos. Los hay, por fin, que desaparecieron en silencio sin que nadie haya notado su ausencia: los ignorados. Es una protesta pacífica que alerta conciencias. Sin discursos. Unos simples zapatos. «Hasta que ninguno de nosotros sea silenciado injustamente», expone. Una verdad colocada en un espacio público. Hasta que la humanidad camine junta otra vez. Un grito dirigido al mundo en una ciudad en la que el grafitero Banksy escribió en una pared: «Para hacer castillos en el aire no se necesita permiso».


Comentar