La lucha por el poder y el miedo
Opinión
13 Jun 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Tener ambición por alcanzar el poder es una constante en el ser humano y yo diría casi en el reino animal. El científico investiga para resolver el dilema oculto porque todo conocimiento es poder. El místico se recluye en la soledad del espíritu buscando a su dios, que le dará mas poder espiritual. El músico ensaya hora tras hora para tener el poder de la perfección… y así podríamos seguir con casi cualquier actividad humana. El problema surge en el cómo o el para qué utilizamos el poder. Bien lo sabemos con el descubrimiento de la separación del átomo, que puede ser fuente de energía para crear o para destruir. Sin duda es el mejor ejemplo que explica la carrera por el poder bélico destructor de los actuales imperios que dominan el mundo que ha despertado el actual conflicto de Ucrania.
En la política quizás es en donde mas se observa esa fatídica dualidad. El poder de crear futuro y bienestar al ciudadano que representa, o, por el contrario, utilizar ese poder que da el voto en beneficio personal o para implantar una ideología que nos devuelva al pasado. La historia está escrita en esa dualidad: revoluciones que modernizaron el mundo y nos convirtieron en ciudadanos, o contrarrevoluciones que deseaban mantener el pasado y seguir como súbditos. El panorama político actual refleja como un espejo esa búsqueda del poder: unos políticos desean seguir con su poder personal a pesar de sus equivocaciones, y otros intentan sustituirlos a pesar de que para triunfar tendrán que abrazarse a un pasado que nos silenció con el miedo y la sumisión del súbdito. Y digo miedo a perder favores que impide quitarle el poder y castigar al corrupto, al mentiroso, al político que utiliza al poder solo en su beneficio, y al que siguen votando. A veces reflexiono sobre lo que está pasando y me pregunto si esta democracia nos transformó en ciudadanos críticos con poder o, por el contrario aún existen muchos súbditos engañados con discursos del miedo a enemigos que ya no existen. Solo así me explico muchas cosas.