Inteligencia rebajada

El lingüista norteamericano Noam Chomsky publicó el miércoles 8 un ensayo en The New York Times sobre las falsas promesas de la inteligencia artificial y, más en concreto, de ChatGPT, quizá la aplicación más conocida y utilizada. Viene a decir que la inteligencia artificial de hoy está lejísimos de la inteligencia humana: en un nivel prehumano, porque se sustenta en conceptos averiados de conocimiento y de inteligencia. Un niño muy pequeño, por ejemplo, puede conseguir sin esfuerzo y en poco tiempo algo que la inteligencia artificial todavía no alcanza: adquirir una gramática compleja e interpretarla correctamente. Y su inteligencia, también bastante pronto, será capaz de procesar con pocos datos pensamientos que implican causas y efectos, no meras descripciones o patrones o modelos comparados.

La inteligencia artificial, de momento, solo gana a la humana en memoria: en la capacidad de acumular cantidades enormes de datos y de encontrar patrones que se repiten. Pero ni siquiera sabe analizarlos: se limita a recitar un resumen sincrético de la información con la que la hayan cebado. También alude Chomsky a la incapacidad moral de estos sistemas.

Quizá algún día se dé el salto de la inteligencia artificial a otra equiparable a la de los seres humanos. Mientras llega, como dice citando a Borges, seguiremos viviendo tiempos peligrosos, llenos de tragedia y de comedia. Recuerdo la inocentada de un diario británico hace años: anunció que seguiría publicándose, pero solo en Twitter. La creyeron muchos. Veo también esta semana que la prestigiosa revista Wired ha introducido normas severas para usar textos o imágenes producidos o editados por inteligencia artificial. Más vale.