La Voz de Galicia

«Molinos a 1 kilómetro de las únicas parejas de águila real de Galicia. Morirán todas en las aspas»

Opinión

Cartas al director

18 Feb 2023. Actualizado a las 17:27 h.

A la Asociación Empresarial Eólica

Me doctoré en Biología en 1985 y desde entonces investigo sobre grandes mamíferos y aves en Galicia. El señor Sorogoyen dijo «eólicos, así no» y se armó el revuelo; pero si lo dijo, sus razones tendrá. Desde la Asociación Empresarial Eólica contestan: «Si así no, entonces ¿cómo?». Pero primero deberían preguntarnos: ¿por qué así no? Y después, dialogando, podremos entendernos y llegar a ese cómo.

Voy a exponer algunas razones para oponernos a algunos proyectos —recalco, algunos—:

Eólica marina. Algunas áreas delimitadas para los parques coinciden con zonas de intensa actividad pesquera.

Eólica terrestre. Muchos proyectos se asentarán en áreas que hace tiempo que deberían estar incluidas en la Red Natura 2000 por su biodiversidad, etcétera. Comprobamos desde el 2017 que las sierras de Paradanta, Faro de Avión, Fontefría, (Maceira), O Suido y Sabucedo albergan las últimas poblaciones en Pontevedra de gato montés, lobos, aguilucho cenizo, águila culebrera, buitres leonado y negro estivales, además de garranos (bestas) y un largo etcétera. Hay información científica al respecto.

Más sangrante es que en Ourense y Lugo se proyectan parques eólicos a menos de 1 kilómetro de los nidos de las únicas seis parejas de águila real de Galicia. Morirán todas en las aspas, será inevitable.

Algunos proyectos con luz verde se instalarán sobre los manantiales que abastecen de agua nada menos que a Vigo y Pontevedra (Suido y Acibal). ¿No decimos cómo? Pues hace años propusimos a Norvento trasladar el proyecto de Acibal al Monte da Fracha y nos dijeron que no, con la única razón de que se complicaban los trámites. Y ahora vimos cómo se desestimaban sin más explicaciones las alegaciones que hicimos varias asociaciones por impactos ecológicos severos allí.

No queremos una Galicia empobrecida, sin pesca, sin águilas, ni buitres, ni gato montés... que viven en áreas sensibles que la Administración no quiso incluir en esa pobre Red Natura 2000, que no ocupa ni el 12 % del territorio gallego, dejándonos a la cola de la conservación de la biodiversidad. Tampoco queremos que Pontevedra y Vigo puedan verse en un futuro no lejano con problemas de abastecimiento de agua. Pedimos cordura, sentidiño, para la conservación del agua, de la pesca y de la biodiversidad. ¿Cómo? Empezando por el respeto mutuo y por que se nos escuche, para poder empezar a dialogar. Santiago Bas López. Pontevedra.

La cámara de gas

La madre de todos los conflictos bélicos modernos fue la Gran Guerra. En el bosque de Verdún cayeron veinte millones de bombas. Una de cada cuatro no explotó. Y por lo tanto, siguen en el bosque. Doce millones de bombas yacen bajo el suelo de Verdún. En un solo día de febrero, los alemanes lanzaron dos millones de bombas sobre Verdún. Hubo setecientas mil bajas y ningún claro vencedor. Posteriormente, Francia rehusó la posibilidad de dedicar ese terreno a uso agrícola. Se plantó un bosque museo. Existió una cámara de gas donde Francia quemó los contenedores de armas químicas durante años. Hoy en día, ese terreno tiene treinta y cinco mil veces más arsénico de lo normal. La huella de Verdún siempre estará ahí.

No hay guerra que no deje una marca en nosotros. La huella de la Guerra Civil. La huella de los Balcanes. La huella de Irak. La huella de Ruanda. La huella del Congo. La huella de Siria. La huella de Palestina. La huella de Ucrania. Y sigue creciendo. No hay quien pare esa guerra. La huella se queda en la tierra y en la memoria de todos nosotros. Y, como en Verdún, nunca hay un claro vencedor. Emmanuel Rueda Girondo. Baiona.

Nacional 540, una ratonera

La carretera N-540, que une las ciudades de Lugo y Ourense, está en un estado lamentable, con baches, líneas sin pintar, etcétera. Cuando llueve, el peligro es importante porque las líneas no se ven y los baches —auténticos socavones— tampoco. Más parece un camino de cabras que una carretera nacional de un país europeo.

Pero los iluminados que nos gobiernan han decidido que hay que fastidiar aún más al conductor y, como no llegan los baches, han puesto unas bandas rugosas de relieve en varias zonas como las curvas de Guntín, con el riesgo de accidente por alcance. Tengo dudas que estos resaltes cumplan con la legislación vigente en cuanto a su señalización, lugar de colocación, material y centímetros de altura, ya que el coche vibra un montón, lo que estropea la amortiguación y las partes de la dirección. El riesgo para ciclistas y motos es también enorme.

Esto de las bandas rugosas se ha puesto de moda y en la ciudad de Lugo todo son peraltes y pasos elevados, algunos muy peligrosos como los de lomo de asno sin señalizar, pasos elevados con rampa de entrada y salida corta, los cojines berlineses... Nos queda denunciar ante asociaciones de conductores, DGT y en último caso ante el Defensor del Pueblo o la fiscalía especializada en seguridad vial, pero hagámoslo todos los conductores para que se corrija este atropello. Francisco López. Lugo.

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