«El fin del estado de alarma no debe ser una gran fiesta eufórica y de borrachera»

No puedo olvidar

El sábado, las calles de mi ciudad estaban rebosantes de ávidos consumidores y nostálgicos noctámbulos. Hordas en los bares, colas de picoteo, terrazas con sonido a brindis. No tengo querencia a enjuiciar al vecino y me hago cargo del contexto socioeconómico que muchos están padeciendo; sin embargo, olvidar es desechar de la memoria algo que no perturba, no interesa, que ha dejado de tener significado en nuestro pensamiento y vivencias del presente. Sin aprendizaje, las consecuencias volverán a rebrotar. Óscar Costas. A Coruña.

Renfe-Adif, trenes que contaminan

Hace un año me mudé a un edificio frente a la estación de Ourense Empalme, la intermodal. Desde mi atalaya observo cosas que deberían ser vergonzantes para Renfe y Adif, empresas dependientes del Ministerio de Transportes en las cuales nos gastamos millones de euros para que sean más ecológicas. Las locomotoras diésel de mercancías están encendidas y paradas sin ninguna actividad durante horas; unas veces con vagones de carga y otras muchas la locomotora sola, sin moverse de la estación, escupiendo negro humo y molestos y vanos decibelios. Luego nos conminan para que compremos autos equipados con start&stop que se apagan durante los breves segundos que permanece el semáforo en rojo. Ricardo Fole. Ourense.

Libertad

El fin del estado de alarma no debe ser una gran fiesta eufórica y de borrachera donde creamos que ya se ha terminado la guerra contra la pandemia; la lucha sigue y aun mueren millones de personas, por lo que deberíamos respetarlas cumpliendo todas las normas sanitarias hasta que nos anuncien el final. Nuestra libertad debe empezar donde termina la de los demás, pero siempre respetando las normas de convivencia. Diego Fernández Villar. A Coruña.