La Voz de Galicia

La Voz de Galicia: un bronce que sabe a oro

Opinión

Roberto L. Blanco Valdés

09 Jul 2017. Actualizado a las 05:00 h.

La noticia la conocen ya los fieles seguidores de La Voz que, con su apoyo generoso, han hecho de este diario el tercero en número de lectores en España. La Voz, que desde el 2011 escalaba posiciones (5.º lugar en el 2012 y el 2013; y 4.º en el 2014, el 2015 y el 2016) sube ahora al podio de los tres diarios más leídos del país, según los datos del Estudio General de Medios. Gana así una medalla de bronce que, como tantas veces se apunta en el lenguaje deportivo, sabe a oro en realidad.

A oro, sí, primero, porque los diarios situados en cabeza (El País y El Mundo) son muy difíciles o imposibles de batir, pues, más allá del peso geográfico de su territorio de edición son, de hecho, los dos grandes diarios de carácter nacional. Como Le Monde y Le Figaro en Francia; o, en Italia, La Reppublica y el Corriere della Sera.

Pero a oro, también, porque basta comparar la población de Galicia con la de los territorios que, además de Madrid, la superan muy de largo (Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana) para constatar la hazaña de esa tercera posición. Ocurre igual si recordamos que en España existen, además de Madrid, no pocas ciudades más o mucho más grandes que las dos mayores de Galicia: Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao, Alicante, Córdoba y Valladolid. En las tres comunidades citadas y en muchas de esas ciudades se editan diarios y a todos les gana hoy por la mano el que en 1882 fundó Juan Fernández Latorre para «servir, con todo el entusiasmo de nuestra alma y con toda la energía de nuestro patriotismo, los grandes, nobles y desdeñados intereses de esta hermosa y querida región gallega».

Tal ha sido el norte de la acción del editor de este periódico, Santiago Rey Fernández-Latorre, nieto del fundador, para lograr lo que visto desde fuera podría parecer imposible: convertir un periódico poco más que local en el tercero más leído de España, con una cuota del 60 % en el conjunto de Galicia.

Y es que visto desde fuera puede carecerse de las claves para entender el secreto de ese salto impresionante, imposible, desde luego, sin el excepcional equipo humano que garantiza que este diario salga todas las mañanas al encuentro de sus casi seiscientos mil lectores: de un lado, el servicio al país, es decir, a los gallegos, desde el rigor de la veracidad informativa y la defensa indeclinable de los principios de la democracia y el Estado de derecho; del otro, la pluralidad de las voces que en La Voz tienen cabida, pues el pluralismo es uno de sus valores esenciales.

La prensa libre, seria y responsable ha constituido siempre un patrimonio insustituible de la sociedad abierta. Hoy, cuando esa sociedad se ve amenazada por las mentiras y la basura sensacionalista que ensucia las redes, es más verdad que nunca lo que hace un siglo y medio dejó escrito Víctor Hugo: «La prensa es el dedo que marca la ruta del progreso».


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