La Voz de Galicia

Los asombrosos prodigios del mago Bárcenas

Opinión

Fernando Ónega

06 Feb 2013. Actualizado a las 07:00 h.

Vuelve, Berlanga: tienes que hacer la película de Bárcenas. No se puede privar a las generaciones futuras del relato emocionado de un ser excepcional, de los que pocos se han visto en España. Un auténtico mito, como voy a demostrar. Cuando tenía al mundo asombrado por el importe de su cuenta suiza, nos sorprendió con el más difícil todavía: ¡una segunda cuenta! Cuando la gente se preguntaba cómo se pueden amasar 22 millones de euros, había una clave: si no paga impuestos por su dinero, lleva una ventaja formidable al resto de los mortales. Pero hay un segundo más difícil todavía: este mago consiguió en una sola operación bursátil ¡un beneficio de dos millones de euros! En otras acciones de birlibirloque y como quien no quiere la cosa, logró plusvalías de seis millones.

El rey Midas a su lado era un aprendiz. Los alquimistas que transformaban el plomo en oro, unos primitivos antecesores cuyas técnicas ha perfeccionado. Y aquí viene el tercer más difícil todavía: ¡lo puede demostrar ante el juez! Yo creo que la Agencia Tributaria, en vez de perseguirlo y quitarle los beneficios de la amnistía fiscal, tendría que declararlo patrimonio público y hablar con el ministro Wert para convertirlo en asignatura troncal. En Cataluña tendría mucho éxito, porque podría servir de guía para los hijos del señor Pujol.

Tras esas hazañas prodigiosas de hombre triunfador, me extraña que todavía no haya dicho que los ataques que recibe son fruto de la envidia nacional. Todo llegará. De momento, y por exigencias del guion, está en la fase del martirologio, que consiste en argumentar que lo usan contra el PP y contra Rajoy. ¡Injusta que es la opinión publicada en este país! Menos mal que, si se cumplen los avisos del señor Floriano (querellas del PP contra todos), en un plazo razonable esos todos estaremos entre rejas.

Ahora, al mítico Bárcenas solo le falta un prodigio que no dudo que conseguirá: convencernos de que los papeles de Bárcenas no son de Bárcenas y el cuarto más difícil todavía, que es el anhelado por el Gobierno de la nación: ¡la letra de Bárcenas tampoco es de Bárcenas! También lo va a demostrar, igual que demostrará la limpieza del origen de su dinero suizo. Así se lo dijo a Antonio Jiménez, y quién soy yo para dudar de su palabra. Por si acaso, no digo por adelantado que no. Me dispongo e invito a mis lectores a disponerse a esa gran revelación. Se avecina una guerra de grafólogos o calígrafos. Los de izquierdas dirán que es su letra. Los de derechas lo negarán. Y el mago Bárcenas, en el peor de los casos, siempre tendrá a mano la lección de otro padre de la patria, don Jesús Gil, que nos dejó esta impagable lección moral: «Se sale antes de la cárcel que de pobre».


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