Seña de identidad

Celta y romana; labriega y marinera; artesana e industrial, monumental y paisajística; gastronómica y folclórica; festiva y humilde; pacífica y laboriosa; reconcentrada y abierta; flexible y acogedora; indecisa y escéptica son algunas de nuestras notas identitarias. Una tierra y unas gentes que hacen la vida sencilla y que la enfrentan, cuando arrecia, con coraje y en silencio.

Y los mares que nos circundan también nos conforman. Galicia no se entiende sin pescadores y pescantinas, dornas, flotas, puertos y pesca. Como el Camino o Compostela, hórreos o castros, marisco o empanada, también los astilleros, que serpentean costas y rías, son distintivo de nuestro patrimonio esencial. Han dado pan a muchos y se ha reconocido su buen hacer en los cinco continentes. De ellos nos sentimos orgullosos. No cabe resignarse a que sean vestigio de algo que fue y que se recuerda con nostalgia. Por eso me emociona la campaña de sensibilización de La Voz: informando, destacando, incidiendo, denunciando, proponiendo sobre lo que pasa y lo que debe hacerse para que el sector naval no deje de ser una preciada seña de identidad.