Pujol, el alegato a la calma en el Racing Club Ferrol

En medio de la constante montaña rusa que entraña el fútbol y que va de la expectativa al lamento a toda pastilla, Edgar Pujol (Sabadell, 2004) dibuja la parábola ascendente para el Racing Club Ferrol. El defensa internacional con República Dominicana, que arrancó la temporada como suplente, es ya un fijo en el flanco derecho de la zaga y el estímulo positivo que la fragata verde necesita este sábado frente al Arenteiro en Espiñedo (16.15 horas, TVG2).

Con dos derrotas consecutivas como lastre en la mochila, los de Pablo López buscan enderezar el rumbo en un escenario —el de los derbis gallegos— que se les ha resistido hasta la fecha y frente a un rival que, por números, invita a rebajar los niveles de euforia de un Racing llamado a navegar en la parte alta de la tabla. Cinco porterías a cero frente a las dos del cuadro naval en lo que va de Liga y un único gol en contra en Espiñedo (en el empate a unos contra el Barakaldo) constatan la condición de equipo rocoso de un Arenteiro al que no está bastando el impulso del factor campo como resorte para salir del alambre de la parte baja de la tabla.

Para colmo de males, frente a un equipo sólido atrás, al Racing le está faltando llegada en las últimas jornadas y eso eleva la complejidad del cóctel futbolero de este sábado. Con la falta de resultados emergen las dudas contenidas. ¿Está dando el cuerpo técnico con la tecla en lo que al modelo se refiere? ¿Qué pasa con ese jugador que arrancó la temporada como una moto y se ha ido diluyendo con el paso de las jornadas? Y, en medio de este momento de bajada de pulsaciones en la montaña rusa de la Primera Federación para el cuadro naval, se pierde el foco de ese otro jugador que, como Edgar Pujol, está siendo capaz de avanzar con el viento en contra.

La mácula en el expediente de los de Pablo López empaña el hecho de que al de Sabadell cada vez le tiembla menos la bota a la hora de iniciar jugada y que su condición de sub-23 no ha impedido que el central se creciese ante la lesión de Zalaya para avanzar de casilla y progresar como mariscal de la zaga.

Mucho más seguro en los desmarques de ruptura a la espalda, que tan malas pasadas le jugaron al internacional en la pretemporada, Pujol es ese clavo al que agarrarse en Espiñedo. De un envío suyo al espacio a Álvaro Giménez llegó, además, una de las ocasiones más claras de los suyos en la derrota frente al Tenerife en la que, por la defensa que armó Cervera, los centrales tuvieron que asumir también galones a la hora de iniciar jugada.

Guardaespaldas

En un buen momento de forma en el que en el que el defensa lo ha jugado todo en las tres últimas jornadas de Liga, su mejoría supone una aproximación a ese equilibrio siempre perseguido en el mundo del fútbol.

Compartió última línea ya con Zalaya, Saúl o Chema Rodríguez y, en la ya habitual dinámica de Pablo López en materia de rotaciones, Pujol parece una de las apuestas seguras en el once. El chaval del Sabadell con ascendencia dominicana que captó la atención de los colosos Real Madrid y Barcelona y que, después de ser escrutado por ojeadores de ambos clubes siendo solo un alevín, tuvo que encajar el descarte y, lejos de dejarse llevar por la inercia de la bajada en la montaña rusa, siguió remando contracorriente para acabar convocado por Ancelotti para un Real Madrid - Valencia en el que, aunque no debutó, demostró que en la dictadura del aquí y ahora hay veces en las que, contra todo pronóstico, se imponen la paciencia y la calma. Esa que el Racing necesita para salir del bache.